Ramón Chaparro
El uso, comercialización y almacenaje de uniformes de instituciones policiacas o del Ejército Mexicano por parte de civiles, se convertirá en un delito tras la aprobación unánime de la modificación a una ley en el Congreso del Estado.
Quien no atienda esta normatividad podría pasar en prisión hasta seis años de acuerdo con el texto de la reforma al artículo 284 del Código Penal del estado de Chihuahua y la adición, del artículo 96 Bis, a la Ley del Sistema de Seguridad Pública.
En el primer caso estableció que “se aplicarán las penas previstas... a quien fabrique, comercialice, almacene, transporte o distribuya instrumentos de identificación utilizados por los integrantes de las instituciones de seguridad pública, sin contar con el permiso respectivo para ello, o quien, teniéndolo, haga uso indebido del mismo”.
En el segundo, se fijó que “el Registro Estatal de Armamento y Equipo contará con un apartado en el que se inscribirán aquellas personas físicas o morales que cuenten con autorización de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado para fabricar, comercialización, almacenar, transportar o distribuir, en el territorio estatal, vestimentas o instrumentos que sirvan de identificación a los miembros de las instituciones de seguridad pública”.
En esta frontera la adquisición de unos pantalones, una camisola o unas botas tipo militar es tan barata y fácil para cualquier persona que sólo basta acudir a los locales que los venden en Los Herrajeros.
El costo de las tres piezas va de los 200 a los 250 pesos, según acceda el cliente, aseguró un propietario de un local en el famoso mercado de la colonia Chaveña, y quien pidió la reserva de su nombre.
Acostumbrados a tratar con la gente que busca los precios más económicos, aseguró que sus principales clientes en estos días son los mismos soldados.
Mencionó que los militares buscan llevarse los uniformes que desechan sus colegas norteamericanos, debido a que la tela con la que los fabrican es térmica y “en estos climas son menos calurosos”.
Dijo que todos los días acuden solos o en grupos grandes en sus unidades a comprarse aditamentos que les pudieran servir en sus funciones.
“Ellos (el personal castrense) son nuestros principales clientes, se llevan varios uniformes que traemos de Estados Unidos, de esos que los soldados gabachos ya no quieren y ponen en ventas de garaje muy baratos”, explicó.
A veces vienen también albañiles a comprar por 100 pesos unos pantalones tipo camuflaje. Esos son muy resistentes, por eso los buscan para trabajar en la obra, indicó.
El comerciante aseguró que reconocerían a la persona que se dedica a actividades ilícitas de las que no lo hacen, pero de esas acuden muy poco.
“Ellos (los sicarios) por lo general consiguen sus uniformes junto con los proveedores de sus armas; difícilmente vienen aquí, aunque sí hay uno que otro que se anima”, expresó.
En el también conocido mercado de Los Herrajeros existe al menos un local que se dedica a la venta exclusiva de este tipo de artículos, pero hay otros en los que esa mercancía es solo una más entre la variada gama de objetos que se ofrecen.
Adicionalmente existen otros negocios formalmente establecidos que cuentan con permisos municipales para operar como proveedores de uniformes para guardias de seguridad, escoltas y hasta policías municipales.
La encargada de uno de estos establecimientos, que pidió no identificar su nombre ni su negocio, indicó que quienes acuden a comprar alguno de sus artículos tiene que identificarse como policías con una credencial, de lo contrario no les venden nada. Expresó que pese a ello, muchos de los que llegan no compran, únicamente van a ver.
En el local que se ubica sobre la avenida Hermanos Escobar en el segundo piso de un centro comercial, se pueden adquirir fornituras, cascos, camisetas verde oliva, pantalones y camisolas militares, insignias y otros objetos que son para uso exclusivo de corporaciones policiacas.
Para ella vender o dejar de vender esta mercancía no va a reducir los índices delictivos, pero si pudiese afectarles como comerciantes la prohibición que se deriva de la ley aprobada ayer en el Congreso del Estado para la comercialización, almacenamiento y portación de uniformes militares.
Los legisladores aprobaron ayer, por unanimidad de votos, establecer como delito la comercialización, almacenaje y portación, sin el debido permiso, de uniformes y de cualquier tipo de identificación de los usados por los elementos policiacos y del Ejército, así como hacer mal uso de los mismos en la entidad, para cuyos casos fijó una sanción de hasta seis años de cárcel.
Se añade que “en los permisos que se expidan, se deberá de contar cuáles vestimentas o instrumentos podrán ser únicamente destinados para su utilización por parte de integrantes de instituciones de Seguridad Pública, y cuáles puestos a disposición del público en general. La falta de dicho permiso, o su utilización para fines distintos para los que fue otorgado, serán motivo de responsabilidad penal”.
Quien no atienda esta normatividad podría pasar en prisión hasta seis años de acuerdo con el texto de la reforma al artículo 284 del Código Penal del estado de Chihuahua y la adición, del artículo 96 Bis, a la Ley del Sistema de Seguridad Pública.
En el primer caso estableció que “se aplicarán las penas previstas... a quien fabrique, comercialice, almacene, transporte o distribuya instrumentos de identificación utilizados por los integrantes de las instituciones de seguridad pública, sin contar con el permiso respectivo para ello, o quien, teniéndolo, haga uso indebido del mismo”.
En el segundo, se fijó que “el Registro Estatal de Armamento y Equipo contará con un apartado en el que se inscribirán aquellas personas físicas o morales que cuenten con autorización de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado para fabricar, comercialización, almacenar, transportar o distribuir, en el territorio estatal, vestimentas o instrumentos que sirvan de identificación a los miembros de las instituciones de seguridad pública”.
En esta frontera la adquisición de unos pantalones, una camisola o unas botas tipo militar es tan barata y fácil para cualquier persona que sólo basta acudir a los locales que los venden en Los Herrajeros.
El costo de las tres piezas va de los 200 a los 250 pesos, según acceda el cliente, aseguró un propietario de un local en el famoso mercado de la colonia Chaveña, y quien pidió la reserva de su nombre.
Acostumbrados a tratar con la gente que busca los precios más económicos, aseguró que sus principales clientes en estos días son los mismos soldados.
Mencionó que los militares buscan llevarse los uniformes que desechan sus colegas norteamericanos, debido a que la tela con la que los fabrican es térmica y “en estos climas son menos calurosos”.
Dijo que todos los días acuden solos o en grupos grandes en sus unidades a comprarse aditamentos que les pudieran servir en sus funciones.
“Ellos (el personal castrense) son nuestros principales clientes, se llevan varios uniformes que traemos de Estados Unidos, de esos que los soldados gabachos ya no quieren y ponen en ventas de garaje muy baratos”, explicó.
A veces vienen también albañiles a comprar por 100 pesos unos pantalones tipo camuflaje. Esos son muy resistentes, por eso los buscan para trabajar en la obra, indicó.
El comerciante aseguró que reconocerían a la persona que se dedica a actividades ilícitas de las que no lo hacen, pero de esas acuden muy poco.
“Ellos (los sicarios) por lo general consiguen sus uniformes junto con los proveedores de sus armas; difícilmente vienen aquí, aunque sí hay uno que otro que se anima”, expresó.
En el también conocido mercado de Los Herrajeros existe al menos un local que se dedica a la venta exclusiva de este tipo de artículos, pero hay otros en los que esa mercancía es solo una más entre la variada gama de objetos que se ofrecen.
Adicionalmente existen otros negocios formalmente establecidos que cuentan con permisos municipales para operar como proveedores de uniformes para guardias de seguridad, escoltas y hasta policías municipales.
La encargada de uno de estos establecimientos, que pidió no identificar su nombre ni su negocio, indicó que quienes acuden a comprar alguno de sus artículos tiene que identificarse como policías con una credencial, de lo contrario no les venden nada. Expresó que pese a ello, muchos de los que llegan no compran, únicamente van a ver.
En el local que se ubica sobre la avenida Hermanos Escobar en el segundo piso de un centro comercial, se pueden adquirir fornituras, cascos, camisetas verde oliva, pantalones y camisolas militares, insignias y otros objetos que son para uso exclusivo de corporaciones policiacas.
Para ella vender o dejar de vender esta mercancía no va a reducir los índices delictivos, pero si pudiese afectarles como comerciantes la prohibición que se deriva de la ley aprobada ayer en el Congreso del Estado para la comercialización, almacenamiento y portación de uniformes militares.
Los legisladores aprobaron ayer, por unanimidad de votos, establecer como delito la comercialización, almacenaje y portación, sin el debido permiso, de uniformes y de cualquier tipo de identificación de los usados por los elementos policiacos y del Ejército, así como hacer mal uso de los mismos en la entidad, para cuyos casos fijó una sanción de hasta seis años de cárcel.
Se añade que “en los permisos que se expidan, se deberá de contar cuáles vestimentas o instrumentos podrán ser únicamente destinados para su utilización por parte de integrantes de instituciones de Seguridad Pública, y cuáles puestos a disposición del público en general. La falta de dicho permiso, o su utilización para fines distintos para los que fue otorgado, serán motivo de responsabilidad penal”.
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