viernes, 2 de diciembre de 2011

Pierden hermanitas la ilusión en Santoclós


EL HERALDO DE CHIHUAHUA



Esperan que un buen samaritano les cumpla su sueño de Navidad

Chihuahua, Chihuahua.- Cuando para un niño ya es normal que Santoclós no venga, la Navidad deja de ser una fecha especial, así les sucede a Jazmín, Ashley, Silvia, Joselyn y Moraima, cinco hermanas de hermosos ojos verdes, quienes no conforme con que vivan en una casa de cartón, que duermen en una cama hecha con un viejo sillón y una cama individual, este año tampoco conocerán al viejo Papa Noel.

Al fondo de la calle Del Barro en la colonia Ladrilleros viven estas cinco niñas con sus padres en un cuarto con techo de lámina y paredes de madera, con una "ampliación" que es otro cuarto sin piso, a medio techar, con hules que cuelgan de las paredes y dos paredes de block sin terminar.

A media tarde llegaron de la escuela, contentas, felices, sonrientes, rápido llegaron a cambiarse, se recogían el cabello, mientras Moraima -la más pequeña- mostraba su juguete favorito, un mono ya sin pelo y un mameluco algo viejo.

Joselyn, de 7 años, de bella sonrisa y ojos sinceros, acompañó a quien esto escribe por una pluma y contó: "Yo no creo en Santoclós, porque hace varios años mi mamá nos dijo que ya no existía y que por eso mi papá era quien dejaba los regalos en la cama de Silvia".

Es difícil llegar a las colonias de la periferia, ver la necesidad de tantas familias, pero es aún más difícil comprender hasta donde la inocencia de cinco niñas se pierde porque sus papás pasan por una situación económica difícil y no tienen dinero para mantener el sueño de Santoclós.

De regreso en la casa, las cinco pequeñas se acomodaron sobre una silla, en donde se sentó Jazmín y rápido replicó: "¿Por qué encima de mi?", y Moraima de nuevo con su chispa respondió: "Porque eres la más grande y la que nos cuida cuando mamá no está".

No fue difícil pedirles una sonrisa para la fotografía, y entre tanto, hicieron sus peticiones a Santoclós: "Yo quiero una bicicleta o un bebé con pañalera", dijo Moraima, de 4 años, a quien le siguió Joselyn: "A mí me gustaría un teléfono de mentiras y unas pinturitas".

Silvia, de 8 años, expresó: "Quiero que Santoclós me traiga una computadora de juguete o una bebé", para lo que Ashley, de 9 años, agregó: "Yo también quiero que Santoclós me traiga bicicleta o una muñeca".

Finalmente Jazmín, de 11 años, la más grande de estas cinco hermanas, mencionó: "Yo quiero útiles para mi escuela, plumas y corrector es lo que me falta o una chamarra", dijo sin poder evitar hacer sentir pequeño el corazón de quienes estábamos en ese frío cuarto donde viven, sin calentón, sin ropa invernal y desde hace un par de años sin la ilusión de que exista Santoclós.

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