OMNIA.COM
Los expertos en áreas de sicología y emociones han comenzado a recibir a integrantes de grupos delictivos que han optado por salir de éstos. “Llegan con miedo, con un pánico espantoso porque luchan por no volver a caer”, dio a conocer la tanatóloga Angélica Martínez Ruiz en el marco del taller "Cobertura Periodística en Tiempos de Inseguridad", impartido hoy en el hotel Quality Inn de Chihuahua capital.
La manera en que llegan es a través de centros de rehabilitación; “de haber llegado por su voluntad a los centros de rehabilitación, los canalizan con nosotros. Batallan para encontrar el sentido a la vida. Están flotando en la nada”, dice.
Explica que es difícil recuperarse, pero se puede si las personas invierten tiempo en su sanación, en la toma de conciencia; entonces se puede cambiar si son responsables de eso.
La manera de ver la muerte para ellos es intrépida, y por lo general los adultos victimarios fueron niños victimados, lo cual ha comprobado la tanagóloga. “Vienen de hogares disfuncionales, vivieron en la orfandad por uno o los dos pares y fueron golpeados física, mental o sicológicamente”, afirma la especialista.
Añade que quienes forman parte de grupos criminales, principalmente los jóvenes, buscan un sentido de pertenencia en grupos, una identidad que les muestre quiénes son. “Si yo no sé quien soy, a través de ese grupo sí van a saber quien soy a pesar de que yo no sepa quién soy. Son jóvenes con infancia mala; han tenido pérdida de identidad; no tienen sentido de pertenencia”.
Y es que la sociedad actual es una sociedad de consumismo, de capitalismo al cien por ciento, y los valores que se manejan están sujetos al estado de ánimo porque los padres de familia generalmente son personas que trabajan todo el día, llegan cansados, no quieren escuchar o no saben; “hemos perdido lo que antes había, porque no había tanta necesidad económica y había más tiempo para convivir”.
EL CHIHUAHUENSE ESTÁ DISTRAYENDO SUS MIEDOS, NO ESTÁ VIVIENDO CON CONCIENCIA
Angélica Martínez dedicaba su trabajo a apoyar a personas que vivían etapas en fase terminal, divorcios o problemas de salud graves, lo cual aún realiza, pero la problemática social de inseguridad la obligó a especializarse en el tema de atención a personas que han vivido etapas extremas de violencia en su vida.
El ciudadano está invadido de miedo ante la incertidumbre de salir de su casa y no saber si regresará, si le tocará un balazo, si verá un acto violento o qué escenario le corresponderá vivir ese día. Así lo han manifestado en las terapias. La clave está en tenerle amor a la vida, no miedo a la muerte. Romper apegos a la vida, aconseja.
Sin embargo, advierte que actualmente los chihuahuenses, en un proceso general del que se ha percatado en las terapias, viven despreocupados, lo que representa el otro extremo. “La vida no la tomamos tan en serio como es, están distrayendo sus miedos, no estamos viviendo con conciencia. Yo les digo: 'no te distraigas, no trates de detenerte en pensar lo que está pasando. La regla de oro es tener sentido de responsabilidad, porque entonces empezarás a vivir con más claridad, planeando'”.
Las maneras de distraerse son correr y ensordecerse a través de adicciones como la ludopatía, drogas, comida, alcohol, sexo desenfrenado, que son distractores que impiden pensar y ocupan el lugar que genera el temor. “Nosotros tenemos la decisión: o vivo el temor y lo enfrento, o lo entretengo”. La manera de vivir es pensar cuántas cosas o situaciones se pueden arreglar, planear y disfrutar durante el día.
“Sí las entretengo, las ensordezco, porque por el miedo viene la incertidumbre sobre lo que va pasar conmigo, y con esto llega el vacío existencial. Ensordezco, no me reconcilio, me entretengo”.
Habló de Víctor Frankl, neurólogo y siquiatra austriaco, quien habla de la depresión noógena, la cual consiste en pensar cómo llenas el vacío que tienes, en dar sentido a la vida. “Nos va llegando el gran vacío existencial, que en contraste con la depresión patológica, no necesita medicamento sino llenar el vacío a través de darle sentido a la vida; por eso no la distraigas, dale un sentido”.
NIÑOS VIVEN ATAQUES DE PÁNICO, JÓVENES SE EVADEN CON LA DIVERSIÓN Y PADRES SE DESGASTAN ANTE LA VIOLENCIA.
Los niños que son llevados para que se les dé apoyo sicológico generalmente es porque viven ataques de pánico. Ellos escuchan y viven la violencia. En las noticias, en pláticas de adultos, en la escuela y en su propia vida tienen información negativa, violenta, por eso es necesario darles información positiva, argumentada, que les genere un sentimiento o visión de esperanza de vida.
La especialista explica que desde pequeños están pensando para qué estudian o para qué realizan determinada actividad, si se van a morir. Es necesario rodearlos de noticias y ambientes positivos para que puedan entender su contexto de manera sana.
Asimismo, explica que los adolescentes y jóvenes, desde los 15 hasta los 28 años de edad aproximadamente, viven la etapa de negación, se divierten como respuesta a la violencia y están optando por portar armas. “Se distraen, entretienen la vida; para ellos es una guerra y la viven distrayéndola”.
Advierte que la inteligencia va a ser lo único que lleve a tener el control de la situación, de la vida, porque ahora se ataca la violencia con violencia, y eso no dará resultado. Los jóvenes están conscientes de la violencia, de la vulnerabilidad del ser humano, pero piensan: “Si me muerto ni modo, pero yo disfruto. En antros, con amigos, se entretienen”.
La violencia se vive a todos los niveles, pero en el caso de los padres de familia, el patrón que se originó es que están desgastados porque no duermen y comen mal, porque están preocupados por sus hijos que no llegan temprano, no saben dónde andan, etcétera.
Esa situación genera actitudes de hostigamiento de padres a hijos, y un natural desgaste para los adultos, por lo que en esos casos la tanatóloga trabaja en que cada uno asuma su responsabilidad y vivir la vida, porque nadie puede vivir por otro, así sean sus hijos.
VÍCTIMAS DIRECTAS DE LA VIOLENCIA
Como especialistas, les corresponde atender a sobrevivientes de secuestros, familiares de víctimas asesinadas de manera atroz, entre otros casos extremos de experiencias violentas.
En el caso de los adultos que han sido liberados de un secuestro, después de un mes o mes y medio encerrados, salen con más vigor para vivir porque indican que han enfrentado la muerte cara a cara. “Han salido fortalecidos, dicen que disfrutan más la vida, la aman más”.
Cuando la víctima liberada es joven, el impulso cuando quedan en libertad es huir, irse de la ciudad, pero regresan porque toman conciencia de que el problema no está fuera y que la manera de superar una mala experiencia no es huyendo.
TRES DESAFÍOS DE LA VIDA
Como herramientas para comenzar a hacer conciencia de sí mismo, Angélica Martínez da a conocer que hay tres desafíos en la vida sobre los que se debe trabajar:
- Saber quiénes somos: pensar quién soy verdaderamente, mis características, aficiones, usos, tendencias, etcétera.
- ¿A dónde quiero llegar y cuáles son mis herramientas?
- Tener el valor y coraje de dejar lo que no es y lo que no está, soltar paradigmas que nos apegan.
Y recomienda trabajar sobre tres valores y comenzar a genera el cambio:
- Tiempo de calidad
- Dinero bien administrado y legal
- Responsabilidad para administrar los dos anteriores
Finalmente cuestiona cuáles de los cinco lenguajes concretos del amor se aplican en familia:
- Contacto físico
- Palabras de aliento (escucharse, porque cuando no se hace se anula al otro totalmente)
- Actos de servicio, como detalles
No hay comentarios:
Publicar un comentario