Chihuahua, Chihuahua.- En la colonia El Palmar vive Luly Valenzuela, madre de Gladis, una joven que padece luxación congénita de cadera desde hace meses, a quien la Presidencia Municipal le prometió un paquete para construcción, pero a la fecha no han cumplido la promesa.
A puras vueltas la han traído en la dependencia municipal, poco a poco con grandes sacrificios Luly y su esposo Manuel han logrado edificar dos cuartitos, cuentan con ventanas pero no con vidrio, el frío se cuela en la recámara de Gladis, quien hace unos días fue intervenida quirúrgicamente para retirarle una placa de una pierna, pues se le zafó un hueso y al parecer necesita una prótesis.
En los dos cuartitos viven 10 personas, la mayor de ellas es Ernestina, la madre de Luly, quien tiene 90 años. Ella no cuenta con alguna pensión, menos con ayuda de algún programa. El más pequeño es el nieto de Luly.
Don Manuel hace chicharrones para obtener algo de ingreso, el lugar donde prepara los chicharrones no cuenta con una lona, por lo que con las pasadas lluvias tuvo que interrumpir su trabajo. Él en autobús sale a vender los chicharrones y en ocasiones no saca para volver a invertir.
Luly afirma que sólo espera que el Municipio cumpla con su palabra y les den un paquete para terminar de construir.
A puras vueltas la han traído en la dependencia municipal, poco a poco con grandes sacrificios Luly y su esposo Manuel han logrado edificar dos cuartitos, cuentan con ventanas pero no con vidrio, el frío se cuela en la recámara de Gladis, quien hace unos días fue intervenida quirúrgicamente para retirarle una placa de una pierna, pues se le zafó un hueso y al parecer necesita una prótesis.
En los dos cuartitos viven 10 personas, la mayor de ellas es Ernestina, la madre de Luly, quien tiene 90 años. Ella no cuenta con alguna pensión, menos con ayuda de algún programa. El más pequeño es el nieto de Luly.
Don Manuel hace chicharrones para obtener algo de ingreso, el lugar donde prepara los chicharrones no cuenta con una lona, por lo que con las pasadas lluvias tuvo que interrumpir su trabajo. Él en autobús sale a vender los chicharrones y en ocasiones no saca para volver a invertir.
Luly afirma que sólo espera que el Municipio cumpla con su palabra y les den un paquete para terminar de construir.
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