lunes, 9 de enero de 2012
Precio del maíz, por los cielos
CARICHÍ, Chih.- El kilo de harina de maíz subió de los 6 pesos con 50 centavos a los 8 pesos, al tiempo que el costal de maíz en grano subió de 170 pesos que costaba en noviembre a 250 en enero, estos precios resultan inalcanzables para los habitantes de aquí justo donde inicia la Sierra Tarahumara, en donde promedio los sueldos de las personas son de menos de 500 pesos a la semana, en el caso de los afortunados que tienen un empleo.
"Cuando traemos dinero y queremos comprar una soda, mejor nos vamos hasta Carichí (a 8 hora a pie, 16 horas el viaje redondo), porque aquí una soda nos la dan a 10 pesos y allá vale 6", explicaron habitantes de la zona. Por ejemplo el dispensario Diconsa de Wisarorare, que es la comunidad indígena más cercana a la cabecera municipal de Carichí (una hora de camino en vehículo), los precios aún con el subsidio resultan altos para sus habitantes tomando en cuenta los sueldos diminutos que reciben y más aún en el caso de quienes no tienen trabajo. En esta comunidad se pueden apreciar por lo menos 50 hectáreas de pérdidas totales de maíz. Tiradas entre los surcos están mazorcas de maíz diminutas que muestran que el grano no alcanzó a desarrollarse debido a la sequía.
"Por eso el precio está tan alto, no hay maíz y por eso está subiendo mucho, en muy poco tiempo se incrementó un tercio de su precio", explicó Librado Sánchez, encargado del lugar. En los estantes de este dispensario se ven las sardinas enlatadas como la única fuente de proteínas para quienes allí compran sus despensas, sin embargo, también es considerado un artículo de lujo que sólo a fi n de mes se dan sus compras en volumen.
La dieta de quienes aquí habitan se limita al maíz y el frijol, puesto que con el maíz molido hacen tortillas, elaboran el tesgüino y con los frijoles fabrican una variedad de comidas, pero prácticamente con el mismo valor nutricional, es decir falta el consumo de carne, leche, huevos, verdura, etcétera, lo que genera de forma generalizada desnutrición. Resulta extraño el observar que varios rebaños de chivas son atendidos por grupos de niños.
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