Atlacomulco, México.- Todos son hijos de Dios y por tal motivo el obispo de Atlacomulco, recién nombrado arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda Weckmann, pidió a quienes siembran el miedo y la angustia mediante la violencia en esa región del país, el respeto para buscar el bien de todos que aún con la maldad se puede lograr.
En entrevista concedida después de celebrar la misa dominical en la Catedral de Atlacomulco, el pastor de esta diócesis y próximo arzobispo de su tierra natal, Chihuahua, platicó sobre los proyectos que tiene para esta región del país, hoy acechada por la violencia al igual que otros estados.
"Yo ni siquiera soñé que algún día iba a volver a la tierra que me vio nacer convertido en arzobispo, actualmente llevo 11 años de obispo y he sido párroco de tres parroquias, para luego dirigir esta diócesis", inició la autoridad eclesiástica ante la interrogante sobre su nombramiento. - Señor obispo en un mes abandona Atlacomulco, ¿qué se lleva de esta tierra mexiquense?"Me llevo el agradecimiento de la gente sencilla, pobre y humilde que tiene una fe inconmensurable, se muestran de una manera especial y aunque se queda mi corazón, me llevo el aprendizaje de que es una sociedad y una iglesia bastante crecida en la fe y eso me da pautas para servir, aquí aprendí a ser obispo, aquí comencé".
-¿Cuáles son sus proyectos en este nuevo cargo?"Mis proyectos son los de la Iglesia, sobre todo que hoy día el mundo actual posmoderno, pluralista, pluricultural nos los pide; y entre otras cosas de una manera preferente sin olvidar todas las pastorales, voy a darle atención a los alejados bautizados, a las vocaciones sacerdotales, la atención a la familia y a los jóvenes, y la formación de los laicos".
-¿En Chihuahua ya lo esperan, qué le puede ofrecer a la feligresía de esta zona del país? "Mira, lo que les puedo decir en estos momentos es que voy con muchas ganas, ánimo y alegría, quiero unirme a lo hecho por el arzobispo José Fernández Arteaga y todos sus sacerdotes, los seminaristas y laicos comprometidos.
Quiero unirme a los trabajos y poner el don que Dios me ha dado del episcopado y ser obispo al servicio del crecimiento del reino de Dios en medio de ellos".
-¿Algún mensaje para los sacerdotes de esa zona? "Como lo dije antes, quiero unirme a ellos, pues son mis colaboradores y para ello les ofrezco sencillez y a brindarles mi apoyo a corazón abierto, por lo que sin lugar a dudas los voy a tratar bien para sacar los proyectos antes citados adelante".
-¿Señor obispo, Chihuahua hoy está siendo acechada por la violencia?"En esta situación está casi toda la República, pero yo creo que va disminuyendo y con el trabajo que hagamos todos, tanto la autoridad civil como la sociedad y la Iglesia como promotores de los valores que dan la pausa como son el respeto y el cuidado de los derechos humanos, será importante. Y aquí un aspecto importante será trabajar por la unidad". -
¿Esta nueva encomienda y derivado de la situación actual, no implica un extra en su tarea?"No es algo extra ni representa un doble trabajo el hecho de que Chihuahua esté acechado por la violencia, pues la maldad siempre ha existido, aunque claro está en estos momentos se siente un poco el miedo y la angustia por la violencia en esta zona, pero siempre el mal está presente en el mundo. De tal suerte que no representa un trabajo extra, aunque sí hay que meterle un poco más de medios y ganas para que creando esos valores que daba cuenta como el respeto, la justicia, amor, paz y unidad, vuelva la serenidad a la región". -
¿Señor, qué mensaje darle al crimen organizado? "Para el crimen organizado el mensaje es que todos somos hijos de Dios y por ende los voy a invitar a buscar el respetarnos los unos a los otros para lograr el bien de todos, que estoy convencido se puede lograr".
-¿Qué podría ofrecerle a la feligresía ante la inseguridad y más aún ante una crisis económica que les está pegando duro? "El don de mi sacerdocio ministerial y con ello la promoción de valores en aras de lograr unidad, quiero ser un signo, una realidad de unidad pero sobre todo de paz".
-¿Qué decirle a los pobres? "Que voy a servirles, pero no sólo eso sino que gracias a la experiencia con la feligresía de Atlacomulco, donde una gran parte de la feligresía es pobre, vivir con ellos".
-¿Señor obispo, la Iglesia y la política pueden darse la mano?"Mira, aquí en Atlacomulco me he relacionado bien con todos los partidos, al igual que con los dos últimos gobernadores, sobre todo además porque aquí viven sus familias y por ende tengo una buena amistad".
-¿Finalmente señor obispo, cuándo deja Atlacomulco y toma posesión de su nuevo cargo?"Me voy el jueves 19 de noviembre, pero les dejo mi corazón a esta gente que me trató muy bien". Finalizó.(S)
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