Chihuahua, Chihuahua.- Solos, sin ruidos, con extrema reserva en la gente, así lucen los poblados de LeBarón y Galeana luego que fuera asesinado un elemento de la defensa nacional y otro más resultara herido en una balacera suscitada en el Rancho Las Tortugas.
"Váyase de aquí, no le conviene que lo vean en el pueblo, ni a mí me conviene que me vean con usted, siga su camino y no busque porque va a encontrar", son las pocas palabras que un poblador dirigió a los reporteros de El Heraldo de Chihuahua.
Sólo se observan las patrullas del Ejército y la Policía Federal, y en ocasiones camionetas de la Policía Ministerial. Ya no hay carros en las calles, salvo aquellos que surten a los abarrotes o tienen que pasar por la carretera que comunica a Galeana con Buenaventura.La gente se esconde cuando la prensa busca intercambiar palabras.
Hay temor y psicosis en todo el pueblo; siempre están a la espera de que algo pase, según ellos mismos lo narran entre murmullos.La autoridad es insistente en que nada ocurre, en que los problemas fueron esporádicos y que tendrán una pronta solución, sin embargo la realidad en las calles es otra: la gente sí tiene miedo.
Al entrevistarnos con agentes de Seguridad Pública Municipal, estos solamente advierten que las cosas están en aparente calma, pero ahí todo puede pasar, y más ahora que cayó un soldado en el cumplimiento del deber.Incluso lo dicen entre miedos, "los soldados están muy enojados, desde que pasó el incidente no sólo patrullan las calles, sino que hacen operativos sorpresa e instalan retenes; todos andan muy molestos y quieren dejarlo claro".
Asimismo, afirman los uniformados que las órdenes son patrullar siempre con las luces encendidas por las noches, sobre todo para evitar problemas y confusiones, como la que pasó en el Rancho Las Tortugas
."De hecho, no'más no diga que yo le dije, pero ya casi no paramos carros, aunque hacemos las veces de Tránsito y Policía; las cosas están bien calientes y pa´que meterse en problemas", advierte uno de ellos antes de concluir su declaración.
La aparente calma tiene al pueblo más asustado que la misma presencia militar y federal; los pocos que se atreven a hablar coinciden en que cuando las cosas se ponen así es porque algo muy malo va a suceder.
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