El Diario
Los obispos de la Provincia Eclesiástica del estado de Chihuahua enviaron ayer un mensaje en ocasión de la Cuaresma, a través del cual piden: “Déjense reconciliar por Dios”.
El mensaje va dirigido a los fieles de la Iglesia católica y demás personas de buena voluntad. Su petición la fundamentan en la segunda carta del apóstol San Pablo a la Iglesia de Dios que se encuentra en Corinto, la cual en el capítulo 5, verso 20, dice textual: “En nombre de Cristo les suplicamos: reconcíliense con Dios”.
Bajo el título “Tiempos difíciles vivimos”, el mensaje señala: “Los Obispos de la Provincia Eclesiástica de Chihuahua, conscientes de las tristezas y las angustias que sufre nuestro pueblo a causa de los hechos violentos que han venido sucediendo en estos últimos tiempos, exhortamos a los hombres y mujeres de todas clases sociales y credos, a reconciliarse con su corazón, con los hermanos y con Dios”.Como pastores, nos duele mirar el llanto de tantas personas y de familias enteras.
Como bien sabemos, un cúmulo de sufrimiento y de muerte nos invade. Las cifras hablan por sí mismas. A todo esto, en lenguaje cristiano, se llama “pecado” porque se opone al Proyecto de Dios, destruye lo más sagrado: la vida humana, descompone a la sociedad y se manifiesta en la violencia con sus mil rostros, indica el mensaje.Admiramos, también, la fe y fortaleza de nuestro noble pueblo de Chihuahua que quiere vivir en paz, que exige justicia como garantía para que esa paz sea posible, y que anhela y trabaja por un mundo más fraterno, añade el documento.
Después, con el título “Déjense reconciliar con Dios”, el mensaje de los obispos indica: “Dios mismo, ante todo esto, se siente profundamente conmovido y afectado en su corazón de Padre. Ante el estado de temor y angustia, decide salvarnos e invitarnos a construir una tierra nueva de libertad y de paz. Nos envía a su ser más querido: a su propio Hijo: ‘Tanto amó Dios al mundo que le envió a su propio Hijo’ (Jn 3, 16).
Ese ‘tanto’ nunca lo podremos agotar”.Hoy suena la palabra amorosa del Señor Jesús: “Conviértanse”. Es la invitación a un cambio total y radical de actitudes. Ya no podemos negociar con el Mal que hemos dejado entrar, y necesitamos cambiar desde adentro hacia afuera. No es sólo el gobierno, ni los militares, ni las cárceles lo que puede dar solución a lo que pasa. Somos todos, cambiando desde dentro, quienes podemos construir un mundo nuevo. Sólo corazones nuevos harán una sociedad nueva.
Y sólo Dios puede, si lo dejamos, cambiar nuestro corazón, refiere el mensaje de los obispos.Finalmente, bajo el título “Exhortación”, el texto señala: “Sabiendo que, detrás de toda crisis, existe una falta de espiritualidad, invitamos a volver los ojos al Dios de la vida. Ante este Dios presente, no podemos permitir que se siga manchando de sangre nuestra Patria y nuestro Estado. Sólo volviendo los ojos a Dios habrá solución.
Dejémoslo entrar a la sociedad, al campo político, a las escuelas y a las familias”.Añade: “Volvamos a los principios perennes: el respeto a la vida, la dignidad de la persona humana por encima de la búsqueda de dinero, el trabajo legítimo, la legalidad que protege y regula las relaciones de los individuos y la sociedad, la honestidad…”.Pidamos para que se abran ventanas a la esperanza, para que exista luz, valor y congruencia en nuestras autoridades, fortaleza en los que han perdido a seres queridos, y audacia en todos para construir un Chihuahua que recupere el respeto y la paz, refiere el mensaje.Menciona: “A los que están implicados en la violencia, les invitamos a que consideren que la vida no se le puede quitar a nadie.
Les gritamos, con corazón de pastores: ‘Arrepiéntanse y cambien de vida’. Dios está dispuesto a perdonarles, pero este perdón conlleva tener la disponibilidad a dar marcha atrás, a reparar los daños y a retirarse de esta actividad de muerte”.Elevemos nuestra oración confiada y llena de esperanza a Jesucristo Camino, Verdad y Vida de todos, y a María, Madre del verdadero Dios por quien se vive, para que siga cuidando a México y a nuestro Estado de Chihuahua, concluye.
El documento está firmado por el arzobispo de Chihuahua, José Fernández Arteaga; el obispo de Ciudad Juárez, Renato Ascencio León; el obispo de Parral, José Andrés Corral Arredondo; el obispo de Cuauhtémoc-Madera, Juan Guillermo López Soto; el obispo de Nuevo Casas Grandes, Gerardo de Jesús Rojas López; y el obispo de la Tarahumara, Rafael Sandoval Sandoval M.N.M. (Misioneros de la Natividad de María)
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