martes, 3 de marzo de 2009

Emiten obispos del estado mensaje contra ola violenta

El Diario
Los obispos de la Provincia Eclesiástica del estado de Chihuahua enviaron ayer un mensaje en ocasión de la Cuaresma, a través del cual piden: “Déjense reconciliar por Dios”.
El mensaje va dirigido a los fieles de la Iglesia católica y demás personas de buena voluntad. Su petición la fundamentan en la segunda carta del apóstol San Pablo a la Iglesia de Dios que se encuentra en Corinto, la cual en el capítulo 5, verso 20, dice textual: “En nombre de Cristo les suplicamos: reconcíliense con Dios”.
Bajo el título “Tiempos difíciles vivimos”, el mensaje señala: “Los Obispos de la Provincia Eclesiástica de Chihuahua, conscientes de las tristezas y las angustias que sufre nuestro pueblo a causa de los hechos violentos que han venido sucediendo en estos últimos tiempos, exhortamos a los hombres y mujeres de todas clases sociales y credos, a reconciliarse con su corazón, con los hermanos y con Dios”.Como pastores, nos duele mirar el llanto de tantas personas y de familias enteras.
Como bien sabemos, un cúmulo de sufrimiento y de muerte nos invade. Las cifras hablan por sí mismas. A todo esto, en lenguaje cristiano, se llama “pecado” porque se opone al Proyecto de Dios, destruye lo más sagrado: la vida humana, descompone a la sociedad y se manifiesta en la violencia con sus mil rostros, indica el mensaje.Admiramos, también, la fe y fortaleza de nuestro noble pueblo de Chihuahua que quiere vivir en paz, que exige justicia como garantía para que esa paz sea posible, y que anhela y trabaja por un mundo más fraterno, añade el documento.
Después, con el título “Déjense reconciliar con Dios”, el mensaje de los obispos indica: “Dios mismo, ante todo esto, se siente profundamente conmovido y afectado en su corazón de Padre. Ante el estado de temor y angustia, decide salvarnos e invitarnos a construir una tierra nueva de libertad y de paz. Nos envía a su ser más querido: a su propio Hijo: ‘Tanto amó Dios al mundo que le envió a su propio Hijo’ (Jn 3, 16).
Ese ‘tanto’ nunca lo podremos agotar”.Hoy suena la palabra amorosa del Señor Jesús: “Conviértanse”. Es la invitación a un cambio total y radical de actitudes. Ya no podemos negociar con el Mal que hemos dejado entrar, y necesitamos cambiar desde adentro hacia afuera. No es sólo el gobierno, ni los militares, ni las cárceles lo que puede dar solución a lo que pasa. Somos todos, cambiando desde dentro, quienes podemos construir un mundo nuevo. Sólo corazones nuevos harán una sociedad nueva.
Y sólo Dios puede, si lo dejamos, cambiar nuestro corazón, refiere el mensaje de los obispos.Finalmente, bajo el título “Exhortación”, el texto señala: “Sabiendo que, detrás de toda crisis, existe una falta de espiritualidad, invitamos a volver los ojos al Dios de la vida. Ante este Dios presente, no podemos permitir que se siga manchando de sangre nuestra Patria y nuestro Estado. Sólo volviendo los ojos a Dios habrá solución.
Dejémoslo entrar a la sociedad, al campo político, a las escuelas y a las familias”.Añade: “Volvamos a los principios perennes: el respeto a la vida, la dignidad de la persona humana por encima de la búsqueda de dinero, el trabajo legítimo, la legalidad que protege y regula las relaciones de los individuos y la sociedad, la honestidad…”.Pidamos para que se abran ventanas a la esperanza, para que exista luz, valor y congruencia en nuestras autoridades, fortaleza en los que han perdido a seres queridos, y audacia en todos para construir un Chihuahua que recupere el respeto y la paz, refiere el mensaje.Menciona: “A los que están implicados en la violencia, les invitamos a que consideren que la vida no se le puede quitar a nadie.
Les gritamos, con corazón de pastores: ‘Arrepiéntanse y cambien de vida’. Dios está dispuesto a perdonarles, pero este perdón conlleva tener la disponibilidad a dar marcha atrás, a reparar los daños y a retirarse de esta actividad de muerte”.Elevemos nuestra oración confiada y llena de esperanza a Jesucristo Camino, Verdad y Vida de todos, y a María, Madre del verdadero Dios por quien se vive, para que siga cuidando a México y a nuestro Estado de Chihuahua, concluye.
El documento está firmado por el arzobispo de Chihuahua, José Fernández Arteaga; el obispo de Ciudad Juárez, Renato Ascencio León; el obispo de Parral, José Andrés Corral Arredondo; el obispo de Cuauhtémoc-Madera, Juan Guillermo López Soto; el obispo de Nuevo Casas Grandes, Gerardo de Jesús Rojas López; y el obispo de la Tarahumara, Rafael Sandoval Sandoval M.N.M. (Misioneros de la Natividad de María)

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