Chihuahua, Chihuahua.- Debemos rescatar de esta elección que la expresión en las urnas refleja que la ciudadanía se encuentra muy insatisfecha con las condiciones del país, con los liderazgos políticos y la obsolescencia de sus partidos, afirmó el presidente del Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional, Marco Adán Quezada.
Indicó que las victorias no son para siempre, sobre todo cuando un 70% de los votantes en la entidad manifestó nuevamente su descontento hacia la clase política en Chihuahua, un aspecto que obliga a su partido a seguir renovándose para obtener nuevos triunfos en el futuro.
"Hoy tenemos un resultado que visualizamos como un triunfo en los nueve distritos -a nivel estatal el PRI obtuvo ocho de las nueve diputaciones federales de mayoría-, porque teníamos datos, encuestas y comentarios, que requerían de trabajo en equipo y unidad en nuestro partido", indicó.
"Me queda claro que el abstencionismo todavía no nos permite festejar, aunque nos sentimos orgullosos de nuestro triunfo, porque hace falta mucho por hacer y construir en torno a la democracia", consideró el líder priísta.
Por otra parte señaló que es inadmisible que un alcalde, Carlos Borruel, hubiera intervenido en el proceso electoral buscando influir en el resultado; aunque fracasando políticamente al disponer de la fuerza pública para apoyar a su partido durante la elección.
"Pero hay que saber darle la vuelta a la página y recuperar la convicción de que México no se acabó el 5 de julio. Los partidos debemos propiciar la unidad de los mexicanos para salir adelante y superar nuestros problemas como nación.
Ojalá que así lo entendamos todos", dijo.Adicionalmente Quezada Martínez adelantó: "Ahora comienza un montaje llamado '2010'". Expresó que el triunfo del PRI inició desde la llegada al poder de Felipe Calderón, instante en que la gente reconoce que su apuesta es favor de la gobernabilidad y el fortalecimiento del país; mientras que en Acción Nacional aparece un dirigente que rompe el esquema y lleva el ambiente político a un clima de violencia verbal, que llegó al clímax durante las elecciones.
"A la gente no le agrada la falta de congruencia en sus actores políticos", refirió."Hubo la consigna de ganar la elección a toda costa, difamando al gobernador, lanzando señalamientos infundados de nexos con el crimen organizado, observando siempre el corto plazo; dejándole ahora al presidente Felipe Calderón la tarea de construir acuerdos y abrir las puertas que se le fueron cerrando a lo largo del proceso electoral, principalmente en el PRI y PRD", señaló.
Reconoció en Maurilio Ochoa a un joven perseverante que a pesar de la desconfianza, aun entre sus propios correligionarios, logró lo que para muchos era imposible."Quince días antes de la elección supimos que había una oportunidad de ganar", declaró.
Compartió que fueron los comentarios de la gente, ajena a los partidos, quienes lo llevaron a tener mayor certeza en esa posibilidad de triunfo; mientras que la imagen de Juan Blanco iba mermándose durante el transcurso de los días.
"A partir de junio la diferencia fue estrechándose y entonces comencé a decirle a la gente del partido que podíamos recuperar el Distrito 6. Algunos me vieron raro y al principio no me creyeron, pero después la certidumbre provocó un esfuerzo territorial mayor que se lanzó a la defensa del voto, recuperando la ambición de triunfo", relató.Expresó que Ochoa le apostó siempre a ganarle al rival imbatible y que hasta el domingo se pensaba que iba a ser muy difícil, por lo que su triunfo resultó para el PRI "la joya de la corona".
Reiteró que es tiempo de reflexionar en el presente y futuro, sobre cambiar prácticas para asumir cada cual su rol en bambalinas al participar de los comicios locales, reconstruyéndose a sí mismo cada partido político, sopesando sus fortalezas y debilidades, para seguir en la batalla."En lo personal esperaré qué determina para mí la dirigencia nacional y local.
Siempre he estado arriba del ring, necio en mis ideales, aprendiendo de las derrotas y las victorias, principalmente ahora que la competencia electora es cuerpo a cuerpo. La victoria que tuvimos ayer -domingo- terminó e inició un nuevo capítulo que exige responsabilidad y compromiso".
Agradeció finalmente a la militancia su entrega y esfuerzo, reconociendo que el votante haya asumido su responsabilidad cívica y castigar el abuso del poder, sobre todo al ejercerse con fines personales, distintos a la visión de un nuevo México.
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