sábado, 4 de abril de 2009

Arman trifulca vendedores ambulantes e inspectores


El Heraldo
Chihuahua, Chihuahua.- Un connato de pelea se suscitó ayer entre vendedores ambulantes e inspectores del Ayuntamiento de Chihuahua, al querer retirar los funcionarios municipales de la vía pública a una mujer indígena que vendía dulces, cuando sólo tenía permiso para vender semillas de calabaza.Según las autoridades, Paula Venancia Genaro violentó la permisión otorgada por la Presidencia Municipal al vender algo más que lo convenido, así como al colocar en el cruce de las calles Independencia y Libertad un puesto que excedía las dimensiones estipuladas en el permiso expedido.

Ante la negativa de retirarse, fue requerida la presencia de elementos de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, lo que alertó a otros integrantes de la organización de vendedores "1 de Mayo" en las cercanías del lugar, quienes arremetieron en contra de los guardianes del orden para defender a su compañera.

En los empujones se involucraron ambulantes afines al CDP, entre ellos Rita Lozoya, los cuales avivaron el descontento de los manifestantes, quienes optaron por declarar que el Municipio estaba en contubernio con ellos para aumentar el número de votos que el PAN recibiría en los próximos comicios electorales.

Así lo denunció Manuela Ramos, indicando que la Alcaldía le vende los permisos a los ambulantes del CDP al precio de un peso por cada documento, para puestos fijos y semifijos, mientras que los afiliados a El Barzón se les cobraba un importe más alto.

Gilberto Baca, subdirector de Gobernación, intentó negociar con los inconformes e incluso les hizo extensiva la invitación a una mesa de diálogo. Sin embargo, al no recibir respuesta alguna, optó por ordenar que la mercancía se confiscase, propiciando nuevamente los empujones entre inspectores y ambulantes.

"Lo va a retirar, ¿sí o no?", preguntó el funcionario, antes de emitir la orden.Su actuar fue criticado por los presentes, quienes le pidieron que no violentara aun más la situación."No somos delincuentes", le expresó uno de los ambulantes.

En tanto, Paula Venancio, la afectada, observó en silencio todo lo provocado por vender más que semillas, asustada porque a pesar del diálogo que Baca intentó entablar directamente con ella, no domina por completo el idioma español.

Ramos señaló injusto que el Municipio favoreciese sólo a los cedepistas, a quienes les permiten infringir lo señalado en los permisos, sin sanción alguna cuando incurren en alguna falta.

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