martes, 26 de abril de 2011

Hace 21 años que Juan Pablo II visitó Chihuahua

EL HERALDO




Aquel 10 de mayo bendijo a las madres chihuahuenses.


Chihuahua, Chihuahua.- Aquel 9 de mayo los Campos Limas de la Industrial Minera México recibieron a miles de peregrinos provenientes de todo el estado, así como de otros del norte de la República y sur de Estados Unidos, quienes desde las 12:00 horas empezaron a acampar para elegir el mejor lugar a fin de disfrutar de la visita de Juan Pablo II y quizá tener la oportunidad de ver de cerca al sumo pontífice.

No importó el cansancio, todos se reunían para iniciar una gran fiesta de fe, esperanza y amor con la visita de Juan Pablo II a territorio chihuahuense. Ahora, a 21 años de distancia, se celebrará una misa en el estadio Monumental Chihuahua para celebrar la beatificación de Juan Pablo II.

Aquel día a las 9:45 horas aterrizó el avión de Aeroméxico con matrícula N16OPL, y diez minutos después el pastor universal de la Iglesia católica aparecía saludando desde la escalinata a toda la comitiva de recibimiento, encabezada por el obispo de Chihuahua, Adalberto Almeida y Merino, y el coadjutor José Fernández Arteaga, quienes al pie de la escalinata se aprestaban para recibirlo y besar la mano del pontífice.

Esa comitiva estaba conformada, además, por el entonces gobernador del estado, Fernando Baeza Meléndez, quien hincó su rodilla y besó la mano del representante mundial del catolicismo.

Tras los saludos, el pontífice abordó el papamóvil y recorrió los 12 kilómetros del aeropuerto Rodolfo Fierro a los Campos Limas; durante el trayecto miles de católicos formaron una valla humana.

Entre gritos y júbilo, banderines y pañuelos blancos y amarillos que eran agitados en el aire, fue recibido el jerarca de la iglesia.

No faltaron las porras de "Papa amigo, Chihuahua está contigo", recuerda el decano del periodismo gráfico Eugenio Sotelo Armendáriz, a quien le regalaron una medalla y moneda conmemorativa de la visita, pues fue uno de los pocos fotógrafos que estuvo de cerca en la visita.

"Lo vio como a un metro, pasó saludando y el sacerdote que lo acompañaba nos regaló los recuerdos", relató don Eugenio Sotelo, quien el 9 de mayo, al salir de trabajar, alrededor de las 15:00 horas, se fue a los Campos Limas.

"Había mucha gente, a esa hora ya estaba lleno. La gente ponía sus cobijas y se acomodaba en el suelo, no importaba nada, la gente estaba muy contenta, pues Juan Pablo II estaría en Chihuahua".

La noche del 9 de mayo los peregrinos se juntaban en grupo y oraban, alababan a Dios y agradecían la visita del sumo pontífice.

Al siguiente día la alegría y la esperanza inundaban los campos de beisbol, pues el papa Juan Pablo II pisaba tierras chihuahuenses y celebraba el Día de la Madre.

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