Ciudad Juárez— Al cruzar de Ciudad Juárez a El Paso, o viceversa, los habitantes de esta comunidad binacional se ven obligados, en ocasiones, a someterse hasta a siete revisiones aleatorias debido a las nuevas medidas de seguridad implementadas en ambos lados de la frontera.
Esta situación ha “estrangulado” la dinámica histórica de los fronterizos, impactando en los tiempos de espera que se hacen en los cruces diarios y que de acuerdo con datos oficiales al cierre del 2008 por año asciende a más de 13 millones de automóviles por los cinco cruces internacionales del Municipio de Juárez: De las Américas, Paso del Norte, Zaragoza, Jerónimo e incluso hasta la línea exprés, en esta última sólo de Sur a Norte.
De lado mexicano, al salir o ingresar al país, las acciones son realizadas por elementos del Ejército Mexicano, de la Policía Federal y de la Aduana Fronteriza, en busca de drogas, armas, explosivos y dinero de procedencia ilícita.
Dichas inspecciones comprenden el uso de nuevas tecnologías y dispositivos, algo que los juarenses no conocen ni están acostumbrados a ellas, en los carriles de ingreso y de salida al país.Al cruzar los puentes internacionales de Norte a Sur, es decir, de Estados Unidos a territorio mexicano, el equipo BEST, compuesto por elementos del ICE, de CBP, de la Patrulla Fronteriza y de los departamentos del Sheriff y la Policía de El Paso, se coloca para inspeccionar de forma aleatoria a los automovilistas, principalmente en el puente Córdova- De las Américas, mejor conocido como Libre.
Dichas acciones se duplican porque las diferentes corporaciones buscan en varios casos los mismos objetos ilícitos, aparte de que se realizan a unos metros unas de otras.
Esto ha desatado la inconformidad de los usuarios de los puentes que se quejan por la tardaza de horas que dichas revisiones provocan a los moradores de ambos lados de la frontera en sus actividades cotidianas.
De esto da testimonio Blanca Reyes Romo, residente juarense, quien narra que la noche del domingo 10 de mayo una de sus hijas y dos nietas, viajaron a El Paso y en ese trayecto tuvieron que enfrentar dos revisiones antes de llegar a la parte estadounidense del puente libre, y por si fuera poco, cuando regresaron les practicaron otras dos.
Las cuatro inspecciones se las hicieron en territorio mexicano, diferentes corporaciones nacionales, en busca de lo mismo.
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