Chihuahua, Chihuahua.- "Fui golpeado, esposado y tratado con prepotencia; el amparo que traía terminó en el suelo sin ser tomado en cuenta y eso está totalmente fuera de la ley", dijo ayer desde el interior del penal de Aquiles Serdán el exalcalde Juan Blanco Zaldívar, asegurando que su detención fue un atropello a la justicia, orden y legalidad.
El ahora candidato a diputado federal agregó que las autoridades estatales cometieron un error al intentar detenerlo en un principio y ahora no saben cómo corregirlo, por eso se valen de estrategias sucias.Tras tres horas de haber ingresado al penal de Aquiles Serdán, Juan Blanco se comunicó con sus compañeros panistas desde el interior penitenciario, esto a escasos minutos de ser ingresado a los juzgados donde su abogado personal lo esperaba.
Utilizando un radio de comunicación, internado al penal por el diputado Jorge Espino al estar junto al exalcalde, Juan Blanco dijo que su primer pensamiento al ver a los ministeriales fue: "nos van a disparar", ya que no se identificaron como elementos estatales.Narró que fue golpeado y sometido para abordar el vehículo oficial, por lo que consideró un atropello a la ley y a la ciudadanía el que el Gobierno haya ordenado su detención.
"Un comandante de apellido Ramírez fue quien se me acercó y me dijo que iba a ser detenido; yo mostré mi orden de amparo pero, con actitud prepotente, lo tiró e inició el forcejeo", explicó Blanco.
Agregó que su detención es una total falta de ética y violación a las leyes, ya que el Gobierno estatal utiliza esas artimañas para impedir su campaña política y su llegada a la federación.
"Me esposaron, me golpearon, no sé qué está pasando en Chihuahua", dijo el exalcalde, haciendo alusión a los altos índices de violencia y a que el Gobierno emplea su tiempo en detener gente inocente, mientras los delincuentes continúan secuestrando a personas impunemente.
Al carecer de tiempo, el candidato por el Distrito 6 federal pidió a la ciudadanía que conozcan que el Gobierno estatal está haciendo de las elecciones un clima de terror y a él un perseguido político.
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