Chihuahua, Chih.- Eran las 9:00 horas del domingo 19 de junio de 2011, Verónica y su familia se despidió en la parada de camión de la Plaza San Pedro. Ni Víctor su esposo, ni sus hijos Víctor, Adriana e Itzel se imaginaron que sería la última vez que la abrazarían. Ayer fue localizada muerta en las inmediaciones de una plaza comercial.
El dolor se apodera de la familia. Verónica y su esposo eran una pareja ejemplar, siempre estaban juntos, eran cariñosos. Víctor cada sábado y domingo iba a comer con Verónica al Fashion Mall, ya que ella laboraba en Liverpool. Aquel domingo, Verónica Reyes Nájera nunca llegó a su trabajo.
El martes, su hijo mejor conocido como Junior recibió la llamada fatal. Habían encontrado el cuerpo de una mujer con características similares a las de su madre. Víctor se encontraba fuera de la ciudad, por lo que su padre Víctor y su hermana Itzel fueron los encargados de acudir al C4 a reconocer el cadáver del amor de su vida y de su mamita.
Aquel día del padre, Víctor García Cárdenas, su esposo, llegó a buscarla a la tienda departamental para comer como regularmente lo hacían sábados y domingos. Ese día el gerente le dijo que no había llegado. Víctor desesperado estuvo hablando por teléfono para saber si alguien sabía el paradero de Verónica.
Después de que no llegó a dormir pusieron la denuncia correspondiente. Mientras esperaban noticias del paradero de Verónica, sus hijos hicieron volantes y carteles que pegaron por todo el centro de la ciudad.
Víctor, de 25 años, Adriana, de 23 e Itzel, de 15 tenían la esperanza de que su madre se hubiera ido a ciudad Juárez con sus tías. No pensaron que alguien le había arrebatado la vida.
El cuerpo de la mujer fue encontrado en un cerro ubicado en la prolongación de la avenida Politécnico Nacional cerca de la calle Bosques del Rejón a espaldas del centro comercial Fashion Mall.
Verónica era muy alegre, trabajadora, siempre estaba rodeada de su familia. Era una mujer que le encantaba mostrar el afecto a sus seres queridos. Siempre trabajó y estuvo al pendiente de su familia.
Durante un mes, su esposo, quien padece de hipertensión arterial y sus hijos estaban desesperados, deprimidos. Itzel estaba desecha, el próximo mes cumplirá 15 años.
Ahora sólo exigen justicia, que la muerte de Verónica se esclarezca y se castigue al o los responsables.
El dolor se apodera de la familia. Verónica y su esposo eran una pareja ejemplar, siempre estaban juntos, eran cariñosos. Víctor cada sábado y domingo iba a comer con Verónica al Fashion Mall, ya que ella laboraba en Liverpool. Aquel domingo, Verónica Reyes Nájera nunca llegó a su trabajo.
El martes, su hijo mejor conocido como Junior recibió la llamada fatal. Habían encontrado el cuerpo de una mujer con características similares a las de su madre. Víctor se encontraba fuera de la ciudad, por lo que su padre Víctor y su hermana Itzel fueron los encargados de acudir al C4 a reconocer el cadáver del amor de su vida y de su mamita.
Aquel día del padre, Víctor García Cárdenas, su esposo, llegó a buscarla a la tienda departamental para comer como regularmente lo hacían sábados y domingos. Ese día el gerente le dijo que no había llegado. Víctor desesperado estuvo hablando por teléfono para saber si alguien sabía el paradero de Verónica.
Después de que no llegó a dormir pusieron la denuncia correspondiente. Mientras esperaban noticias del paradero de Verónica, sus hijos hicieron volantes y carteles que pegaron por todo el centro de la ciudad.
Víctor, de 25 años, Adriana, de 23 e Itzel, de 15 tenían la esperanza de que su madre se hubiera ido a ciudad Juárez con sus tías. No pensaron que alguien le había arrebatado la vida.
El cuerpo de la mujer fue encontrado en un cerro ubicado en la prolongación de la avenida Politécnico Nacional cerca de la calle Bosques del Rejón a espaldas del centro comercial Fashion Mall.
Verónica era muy alegre, trabajadora, siempre estaba rodeada de su familia. Era una mujer que le encantaba mostrar el afecto a sus seres queridos. Siempre trabajó y estuvo al pendiente de su familia.
Durante un mes, su esposo, quien padece de hipertensión arterial y sus hijos estaban desesperados, deprimidos. Itzel estaba desecha, el próximo mes cumplirá 15 años.
Ahora sólo exigen justicia, que la muerte de Verónica se esclarezca y se castigue al o los responsables.
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