lunes, 15 de noviembre de 2010

En medio de aguas negras, A. Serdán

EL HERALDO
SANTO DOMINGO, Chih.- Dolor de cabeza, malestar estomacal, diarrea, desnutrición, resequedad en la piel y afectación en los ojos, son algunos de los problemas que viven a diario los 2 mil habitantes del poblado minero de Santo Domingo, en su mayoría ancianos y niños, debido a la falta de drenaje y a los vapores de aguas negras, pues el canal de desagüe que utilizan para descargar el agua contaminada atraviesa el 50% del poblado a cielo abierto y el resto está canalizado, pero muestra el inminente riesgo de explotar por la acumulación del gas metano y comienza a registrar ya pequeños incendios, informó el jefe municipal del departamento del agua, Jesús Ríos Yáñez.
El daño provocado en las últimas dos décadas se aprecia incluso en el concreto que antes revestía las paredes del canal, mismas que están semidestruídas, presentan huecos donde fácilmente puede caer un humano y les fueron arrancados trozos de rieles de vías para ferrocarril, por lo que incluso el escombro a generado un taponamiento en la salida de "El Jale", es decir en el barranco de material sacado de la mina, que a su vez ha sufrido derrumbes y ha reforzado el bloqueo.Por esta razón, los especialistas señalaron que es necesario realizar de forma inmediata huecos que permitan respiraciones, para que el gas tenga salida y evite que se presente una tragedia.
Sin embargo en el proceso los habitantes de esta, la que fuera hace 3 décadas unas de las zonas mineras más prolíferas del país, tendrían que arrojar el agua negra a las calles y esto agravaría la situación de insalubridad que padecen los cientos de familias.
Varias de éstas ya descargan directamente a calles y callejones el agua del escusado, pues los tubos que hace 3 décadas servían para conectarla con el sistema de drenaje, hace 20 años que dejaron de funcionar, están rotos y oxidados y más representan un estorbo y una afectación a la estética que una herramienta de sanidad.
En esta localidad, la gran mayoría de sus habitantes son personas mayores de 40 años, son familias de abuelos y tíos de familias más jóvenes que al terminarse el empleo en la mina, buscaron el sustento en Chihuahua capital, Delicias o Cuauhtémoc, por lo tanto son personas de bajos recursos, mermados de salud y con pocas posibilidades de implementar equipos que permitan solucionar por sí mismos el problema de drenaje.
Por esta razón lo más que les queda por hacer es cavar hoyos, para construir fosas sépticas, que permitan al menos temporalmente solucionar el problema, mientras que las autoridades municipales, estatales y federales terminan el diagnóstico de la afectación, determinan las posibles soluciones y sobre todo que determinen mediante que programas, se asignan recursos para la realización de las obras y reparaciones necesarias.
Don Juan Sánchez López, habitante de este municipio desde hace más de 50 años, destacó que el pueblo corre el riesgo de convertirse en fantasma, por la falta de empleo, el desinterés de las administraciones pasadas por solucionar los problemas de fondo, fomentando la actividad turística, pero también por el olvido que han tratado de crear, quienes una vez habitaron este, el que fuera calificado como el pueblo más pintoresco del estado, "cuando el tren aún lo recorría cargado de metal".

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