Chihuahua, Chihuahua.- Con la satisfacción del deber cumplido, entre los aplausos y la ovación de la comunidad católica de Chihuahua, así se despidió ayer don José Fernández Arteaga en la última homilía dominical celebrada en Catedral, en la que ostentó su cargo como obispo de la Arquidiócesis.
Un aplauso que se prolongó por varios minutos en el lugar que durante 18 años lo recibió para la celebración de la palabra de Dios fue el preludio que Fernández Arteaga presenció para entregar el próximo jueves la dirección de la Arquidiócesis de Chihuahua a monseñor Constancio Miranda Weckmann.
La feligresía, que escuchó con atención el mensaje de monseñor José Fernández Arteaga, estuvo al pendiente de cada expresión y al concluir le ofrecieron un efusivo aplauso como un gesto de gratitud por el tiempo que permaneció como arzobispo.La emotiva homilía fue un momento histórico que ayer se vivió en Catedral, toda vez que el próximo jueves asumirá su responsabilidad como nuevo arzobispo don Constancio Miranda Weckmann.
En su mensaje, José Fernández Arteaga asumió que se retira con la satisfacción del deber cumplido, de haber estado con la sociedad chihuahuense en momentos complicados, pero también con al alegría de haber contribuido a su deber.La responsabilidad que ostentó durante 18 años ayer concluyó oficialmente, pero su expresión fue clara al señalar que mantiene vivo el interés de regresar, no como obispo, pero sí en su nuevo cargo como administrador de la Arquidiócesis.
Emocionado, contento y feliz porque cumplió con su deber, a pesar de situaciones críticas o polémicas, Fernández Arteaga rechazó sentirse triste por la conclusión de una importante etapa en su vida.En el mensaje de la celebración dominical reafirmó que el ser humano no debe olvidarse de su misión en la vida y ésta es: permanecer cerca de Dios en cualquier momento, porque Él es el Salvador.
Portando la vestimenta del 33 domingo ordinario y atendiendo a las lecturas ordinarias, así se llevó a cabo la última misa celebrada por monseñor José Fernández Arteaga, quien al final recibió emotivos aplausos, muestras de agradecimientos, abrazos y la gratitud de la multitud que lo esperó al final de la misa para hacérselo saber.Sin más, Fernández Arteaga concluyó el mensaje y fueron los servidores de la iglesia quienes tomaron el micrófono para pedir a los feligreses que dieran un aplauso a monseñor por ser el último día que efectúa una celebración como obispo y antes de que se difundiera el mensaje, la ovación se hacía presente en Catedral.
Al finalizar el mensaje, los aplausos y la ovación, se dirigió a la sacristía para despojarse de la sotana y emprender la retirada del lugar que durante 18 años lo recibiera con agrado como máxima autoridad de la iglesia en la Arquidiócesis de Chihuahua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario