EL PUEBLO
Juárez.- Luego que el pasado lunes en la madrugada se registrarán tres sismos entre Ciudad Juárez y el Valle de Juárez, que tuvieron una escala entre 4.3 y 4.5 en escala de Richter, en el Atlas de Riesgos de juarense, serán incluidos los sismos al ser ratificados como un peligro para dicha ciudad.
Rosario Díaz, directora del Instituto Municipal de Investigación y Planeación (Imip), dijo que las fallas detectadas en la región pueden llegar a generar riesgos a la población, sobre todo en las zonas de escurrimientos de esta frontera. Por ello, reiteró que los temblores serán considerados una nueva fuente de peligro para la ciudad.
Aún cuando la frontera no es identificada como zona tectónica, los antecedentes indican que hace mas de cien años se registró un temblor de 4.6 grados, por lo que se analiza la investigación de Utep para estimar los riesgos.
Por el momento se espera la validación de la Sedesol mediante un informe para finales de mayo, a fin de concluir la actualización del Atlas de Riesgo elaborado en 2005, y que es posible que la actividad sísmica aumente.
En ese sentido, Rodrigo de la Garza Aguilar, geólogo y coordinador de la maestría en Hidrología Subterránea de la Universidad Autónoma de Chihuahua, aseguró que las autoridades no están preparadas para atender este tipo de eventualidades, pero tampoco la población tiene la cultura de informarse, ya que nunca se habían registrado sismos en la zona de Juárez.
Aseguró que en futuro no muy lejano se espera que la actividad sísmica se incremente en intensidad y recurrencia, y ello obliga a los gobiernos no sólo a crear políticas públicas de prevención, sino a equipar al estado con sismómetros en Ojinaga, Casas Grandes y Parral para medir el comportamiento del estado.
Rosario Díaz, directora del Instituto Municipal de Investigación y Planeación (Imip), dijo que las fallas detectadas en la región pueden llegar a generar riesgos a la población, sobre todo en las zonas de escurrimientos de esta frontera. Por ello, reiteró que los temblores serán considerados una nueva fuente de peligro para la ciudad.
Aún cuando la frontera no es identificada como zona tectónica, los antecedentes indican que hace mas de cien años se registró un temblor de 4.6 grados, por lo que se analiza la investigación de Utep para estimar los riesgos.
Por el momento se espera la validación de la Sedesol mediante un informe para finales de mayo, a fin de concluir la actualización del Atlas de Riesgo elaborado en 2005, y que es posible que la actividad sísmica aumente.
En ese sentido, Rodrigo de la Garza Aguilar, geólogo y coordinador de la maestría en Hidrología Subterránea de la Universidad Autónoma de Chihuahua, aseguró que las autoridades no están preparadas para atender este tipo de eventualidades, pero tampoco la población tiene la cultura de informarse, ya que nunca se habían registrado sismos en la zona de Juárez.
Aseguró que en futuro no muy lejano se espera que la actividad sísmica se incremente en intensidad y recurrencia, y ello obliga a los gobiernos no sólo a crear políticas públicas de prevención, sino a equipar al estado con sismómetros en Ojinaga, Casas Grandes y Parral para medir el comportamiento del estado.
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