Chihuahua, Chihuahua.- Un total de 600 toneladas de enervantes se quedaron en el estado de Chihuahua ante el cierre de la frontera sur de Estados Unidos, luego de los atentados del 11 de septiembre, lo que propició el auge de las metanfetaminas en el vecino país y la proliferación de las "tienditas", sin dejar de lado la lucha de los narcotraficantes por los mercados.
De acuerdo con los resultados de las investigaciones que efectúa la Secretaría de Seguridad Pública Federal, el problema del territorio mexicano en general, el de los capos, así como el de las rutas, surgió desde el 11 de septiembre del 2001.
El cierre de la frontera sur de Estados Unidos propició que los narcotraficantes mexicanos se quedaran con mucha droga que tenía que venderse, por lo que la oferta en México creció, bajó el costo y aumentó la calidad.
Este fenómeno generó la necesidad de consumidores, pues de no haber quién las consumiera los narcotraficantes difícilmente podrían mantener su negocio y recuperar su dinero.Esto motivó la aparición de "tienditas" y generó las luchas regionales de los capos por el mercado al menudeo.
Por su parte, en Estados Unidos el trasiego de droga transfronterizo casi se cerró, lo que generó un incremento en el precio de los estupefacientes y obligó a los consumidores norteamericanos a cambiar de hábitos.
Es por eso que la escasez encareció el precio de la cocaína en Estados Unidos. La demanda se inclinó más hacia las drogas de diseño, como las metanfetaminas, que son más baratas, se producen a nivel casero y no requieren de un comercio transfronterizo que arriesgue a los vendedores.
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