viernes, 25 de septiembre de 2009

Demuestra asesinato la vulnerabilidad de periodistas

El Diario
El asesinato del reportero Norberto Miranda Madrid, de 44 años, el miércoles pasado, evidencia una vez más la incapacidad gubernamental para proteger a los periodistas cuyo trabajo es informar a la sociedad sobre este tipo de hechos, consideró ayer la organización francesa Reporteros sin Fronteras.
Miranda, conocido como “El Gallito”, fue baleado en la sala de redacción de Radiovisión, en Nuevo Casas Grandes.
El crimen evidencia también, dijo la organización, que la impunidad generada alrededor de otras agresiones contra el gremio, como el homicidio del reportero de El Diario, Armando Rodríguez, se traduce en una “carta blanca” que le indica a los delincuentes que en Chihuahua se puede matar periodistas sin que alguien haga algo.
“El asesinato de Norberto Miranda viene a ponernos en alerta nuevamente por esa situación. Desde hace tiempo Reporteros sin Fronteras ha mantenido un monitoreo y vigilancia permanente sobre la situación en el estado de Chihuahua, y vemos con gran preocupación que la violencia sigue tocando al gremio periodístico”, dijo Balbina Flores, corresponsal en México del grupo.
“Además de la cantidad de vidas que se han perdido a lo largo de este 2009, también hemos visto que en esta larga numeralia de víctimas los periodistas siguen cayendo sin que haya alguno que pueda detener esta violencia, y eso es muy preocupante, desde el caso de Armando Rodríguez, en noviembre de 2008, hemos visto una situación alarmante que no da indicios de que pudiera controlarse en el corto plazo”, agregó la activista.
Norberto Miranda Madrid se desempeñó durante los últimos 15 años como periodista en Nuevo Casas Grandes, ciudad ubicada al noroeste del estado, para la empresa Radiovisión, en cuyo sitio electrónico publicaba la columna diaria “Cotorreando con el gallito”.
De acuerdo con datos oficiales, el periodista fue asesinado alrededor de las 20:20 horas en el interior de la redacción del medio por hombres armados que ingresaron para liquidarlo.
De acuerdo con Balbina Flores, este hecho evidencia el grado de impunidad con el que transitan los sicarios en la entidad, donde, pese al despliegue militar y policiaco, un grupo de hombres armados puede ingresar a una redacción y disparar contra un periodista.
“Habiendo un despliegue tan fuerte, eso no puede ocurrir, no debe ocurrir, y este caso de Norberto Miranda, en donde un comando ingresó a la redacción de Radiovisión, evidencia que hay una facilidad para moverse que no está permitiendo ninguna seguridad para ningún ciudadano, y mucho menos en este caso para los periodistas que tienen que estar en el campo de la información”, dijo Flores.
En ese sentido, Flores explicó que la impunidad en la que permanece el homicidio de Armando Rodríguez, asesinado en Ciudad Juárez el 13 de noviembre de 2008, conforma un mal precedente que alienta la comisión de más agresiones.
“El hecho de que el asesinato de un periodista, en este caso de Armando Rodríguez, y de los que ocurrieron antes, no hayan sido sancionados, indudablemente que son una carta blanca para que sigan ocurriendo estos hechos; hay como permiso para matar periodistas, al fin que no pasa nada, ese es un mal precedente, eso es quizá lo más grave, porque permite que estos hechos sigan ocurriendo”, dijo Flores.
En el portal de Radiovisión persiste la última columna escrita por el reportero Norberto Miranda el pasado 22 de septiembre, en la que el periodista hace un recuento de los hechos violentos registrados en la zona noroeste del estado.
“A partir del 17 de septiembre, la muerte, vestida de balas de Cuernos de Chivo y R-15, cobraría 14 víctimas en tan sólo cinco días. De estos, diez fueron asesinados en Nuevo Casas Grandes y uno de Juan Mata Ortiz, municipio de Casas Grandes, Chihuahua. Los otros tres pertenecen a un número similar de cadáveres que fueron hallados en el rancho La Negra, en Ascensión, Chihuahua”, dice uno de los párrafos de su recuento.
La muerte de Miranda se suma a la lista de hechos que han evidenciado cómo la guerra que libran en esta entidad las bandas del narcotráfico ha convertido el periodismo en un trabajo de alto riesgo.
De acuerdo con lo documentado por El Diario, estos riesgos se empezaron a agudizar a inicios de 2008 -a la par que iniciaron los homicidios dolosos atribuidos a los cárteles-, cuando por la frecuencia de radio policiaca se empezaron a escuchar advertencias para que los reporteros no se acercaran demasiado pronto a las diversas escenas del crimen.
En ese mismo periodo surgieron una serie de amenazas telefónicas vertidas en contra de un grupo de reporteros asignados a la cobertura policíaca, entre ellos Armando Rodríguez.
El riesgo mortal se materializó finalmente con el homicidio de Rodríguez, el reportero policiaco más experimentado en Ciudad Juárez, a manos de un tirador solitario que le disparó afuera de su casa, en el interior de su vehículo y enfrente de la pequeña hija de la víctima.
Horas después del homicidio, el periodista y propietario del sitio electrónico LaPolaka.com, Jorge Luis Aguirre, recibió una llamada en su teléfono celular que le anunció que él sería el próximo, por lo que desde entonces vive exiliado en El Paso, Texas.
También exiliado en El Paso está Emilio Gutiérrez Soto, periodista de El Diario del Noroeste, cuya vivienda fue cateada por el Ejército Mexicano en una intervención que él ha atribuido a sus críticas contra la milicia.
Esta situación ha sido motivo de múltiples reportes en los que las organizaciones internacionales de protección a la libertad de expresión no sólo han advertido que México es uno de los países más peligrosos para el periodismo, sino que la frontera norte, y en particular Ciudad Juárez, es el centro de este tipo de violencia contra el gremio.
“Este informe pone de relieve las dramáticas alternativas que se ofrecen a los periodistas de la región: autocensurarse, exiliarse o exponerse a una muerte cierta, en la más total impunidad”, dijeron las organizaciones Reporteros sin Fronteras y el Centro de Periodismo y ética Pública (CEPET) al presentar su informe titulado Juárez: la Violencia y los Medios.
“También subraya cómo el importante despliegue de funcionarios federales, civiles o militares, en ese bastión de uno de los más temibles cárteles de droga, no resolvió en absoluto la inseguridad, y corre incluso el riesgo de agravarla. Las autoridades se convirtieron en otra fuente de temores para los periodistas”, agregaron las organizaciones.
El reporte, a su vez, concluyó diciendo que la libertad de expresión en Ciudad Juárez vive un evidente deterioro. “Y los periodistas y los medios de comunicación ejercen su trabajo bajo un clima de tensión provocado por la violencia de la delincuencia organizada y el combate que en su contra realizan las fuerzas públicas”, agrega el documento.

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