El Diario
En Ciudad Juárez un total de mil 204 ciudadanos han interpuesto su denuncia ante el Ministerio Público por extorsión telefónica en lo que va del 2009.
Y aunque esa cifra oficial duplica el número de querellas interpuestas el año pasado, el número de víctimas es muchísimo mayor, de acuerdo con la experiencia cotidiana que padecen los juarenses.
Aunque es difícil cuantificar los efectos negativos de la inseguridad en la frontera, al margen de las estadísticas oficiales, los números fríos, “hay mucha información cualitativa, anecdótica, que si nos sentáramos a cuantificar nos asustaríamos”, dijo sobre el tema Lucinda Vargas, directora de la asociación civil “Plan Estratégico de Juárez”.
En anterior entrevista para El Diario, advirtió que las extorsiones le están llegando a un mayor número de ciudadanos cada día, así como al comercio pequeño y mediano, el cual no puede estar pagando cuotas.
Los casos que a diario viven los fronterizos son como el denunciado ayer por “Aída”, una madre de familia que intentaron sorprender integrantes de una banda de extorsionadores telefónicos.
Por teléfono “escuché el llanto desgarrador de una niña que me gritaba ‘¡mamá ayúdame, no me permiten hablar contigo!’, narró.
“Yo de inmediato relacioné a mi hija con ese llanto y luego un hombre con palabras altisonantes me dijo que tenía a la niña secuestrada. Yo me bloqueé y colgué el teléfono, ni siquiera los dejé que me pidieran dinero”, agregó la mujer aún afectada por la impresión.
Afortunadamente la mujer pudo localizar a su hija, quien se encontraba en la escuela a la que asiste de manera regular, y decidió que era importante interponer la denuncia por esos hechos.
Sin embargo, un número aun mayor de víctimas, muchas de las cuales pagan los montos que les son exigidos por los extorsionadores, decide no interponer la denuncia ante la autoridad competente por miedo a que sus victimarios cumplan las amenazas que les hacen, o sencillamente porque dudan que se dé con los responsables.
“Aída” considera que es un obligación de los ciudadanos presentar la denuncia cuando son víctimas de un suceso como el que ella vivió ayer, sin importar que la extorsión se haya realizado o no.
La cifra de mil 204 denuncias en lo que va de este año duplica las interpuestas en 2008, pues de acuerdo con el archivo periodístico, del primero de enero al 25 de noviembre pasados el total de denuncias era de 563 (la cifra total de ese año no fue proporcionada por las autoridades).
Sin embargo, los casos no denunciados se calcula que son bastante mayores.
“Yo no creo que (la Policía) los vaya a detener. Las denuncias sólo entran a la estadística, pero yo estoy cumpliendo como ciudadana, si las autoridades no hacen nada, yo ya hice mi parte”, expuso “Aída”.
La víctima indicó que al momento de recibir la llamada en su celular, se encontraba en un centro comercial y debido a la crisis de nervios que sufrió fueron varias las personas que se acercaron a ella para preguntar qué le estaba pasando.
“Cuando les platiqué, muchas de esas personas me explicaron que a ellos ya les había pasado, que al momento de contestar una de esas llamadas el impacto es brutal, pero no obstante que dijeron que en su mayoría no pagaron y, además, dejaron de contestar el teléfono en el que se recibían esas llamadas. Me llamó la atención que ninguna de esas gentes denunció el caso”, explicó.
Los datos aportados por la representación social establecen que del total de denunciantes de este año, 62 cedieron antes el acoso de los extorsionadores y realizaron el depósito de cantidades que oscilaban entre los 5 y los 60 mil pesos en efectivo, los cuales hicieron llegar principalmente mediante envíos de dinero en tiendas como Elektra, Azteca y otros.
De acuerdo con las estadísticas dadas a conocer ayer martes por la representación social, 476 de las denuncias correspondieron a amenazas contra los usuarios de los teléfonos y 12 de ellos realizaron el depósito.
Además, 72 comerciantes fueron extorsionados y 3 de ellos cedieron a las pretensiones de los extorsionadores; otros 404 ciudadanos recibieron llamadas mediante las cuales se les advertía que un ser querido había sido detenido y les exigían determinada cantidad de dinero para liberarlo, mentira en la que cayeron 29 ciudadanos.
Se dio a conocer que 190 ciudadanos denunciaron haber recibido llamadas a través de las cuales los felicitaban por haber obtenido un premio en efectivo y otros en especie, incluso hasta bienes inmuebles, y que a cambio requerían un depósito en efectivo.
En este caso 14 personas creyeron y entregaron el dinero solicitado por los extorsionadores.
“Aída” narró que después de colgar el teléfono recibió más llamadas de un número que no aparecía en el identificador de su celular.
“Yo entré en shock, siempre pensé que era muy valiente, pero la llamada estuvo horrible. Ojalá que nadie más pase por algo así, porque se siente una impotencia terrible al no tener a tu lado de tu ser querido, y tampoco estar en posibilidad de saber que lo que te dicen es cierto o falso, en este caso que tenían secuestrada a mi hija”, expuso la madre de familia.
Y aunque esa cifra oficial duplica el número de querellas interpuestas el año pasado, el número de víctimas es muchísimo mayor, de acuerdo con la experiencia cotidiana que padecen los juarenses.
Aunque es difícil cuantificar los efectos negativos de la inseguridad en la frontera, al margen de las estadísticas oficiales, los números fríos, “hay mucha información cualitativa, anecdótica, que si nos sentáramos a cuantificar nos asustaríamos”, dijo sobre el tema Lucinda Vargas, directora de la asociación civil “Plan Estratégico de Juárez”.
En anterior entrevista para El Diario, advirtió que las extorsiones le están llegando a un mayor número de ciudadanos cada día, así como al comercio pequeño y mediano, el cual no puede estar pagando cuotas.
Los casos que a diario viven los fronterizos son como el denunciado ayer por “Aída”, una madre de familia que intentaron sorprender integrantes de una banda de extorsionadores telefónicos.
Por teléfono “escuché el llanto desgarrador de una niña que me gritaba ‘¡mamá ayúdame, no me permiten hablar contigo!’, narró.
“Yo de inmediato relacioné a mi hija con ese llanto y luego un hombre con palabras altisonantes me dijo que tenía a la niña secuestrada. Yo me bloqueé y colgué el teléfono, ni siquiera los dejé que me pidieran dinero”, agregó la mujer aún afectada por la impresión.
Afortunadamente la mujer pudo localizar a su hija, quien se encontraba en la escuela a la que asiste de manera regular, y decidió que era importante interponer la denuncia por esos hechos.
Sin embargo, un número aun mayor de víctimas, muchas de las cuales pagan los montos que les son exigidos por los extorsionadores, decide no interponer la denuncia ante la autoridad competente por miedo a que sus victimarios cumplan las amenazas que les hacen, o sencillamente porque dudan que se dé con los responsables.
“Aída” considera que es un obligación de los ciudadanos presentar la denuncia cuando son víctimas de un suceso como el que ella vivió ayer, sin importar que la extorsión se haya realizado o no.
La cifra de mil 204 denuncias en lo que va de este año duplica las interpuestas en 2008, pues de acuerdo con el archivo periodístico, del primero de enero al 25 de noviembre pasados el total de denuncias era de 563 (la cifra total de ese año no fue proporcionada por las autoridades).
Sin embargo, los casos no denunciados se calcula que son bastante mayores.
“Yo no creo que (la Policía) los vaya a detener. Las denuncias sólo entran a la estadística, pero yo estoy cumpliendo como ciudadana, si las autoridades no hacen nada, yo ya hice mi parte”, expuso “Aída”.
La víctima indicó que al momento de recibir la llamada en su celular, se encontraba en un centro comercial y debido a la crisis de nervios que sufrió fueron varias las personas que se acercaron a ella para preguntar qué le estaba pasando.
“Cuando les platiqué, muchas de esas personas me explicaron que a ellos ya les había pasado, que al momento de contestar una de esas llamadas el impacto es brutal, pero no obstante que dijeron que en su mayoría no pagaron y, además, dejaron de contestar el teléfono en el que se recibían esas llamadas. Me llamó la atención que ninguna de esas gentes denunció el caso”, explicó.
Los datos aportados por la representación social establecen que del total de denunciantes de este año, 62 cedieron antes el acoso de los extorsionadores y realizaron el depósito de cantidades que oscilaban entre los 5 y los 60 mil pesos en efectivo, los cuales hicieron llegar principalmente mediante envíos de dinero en tiendas como Elektra, Azteca y otros.
De acuerdo con las estadísticas dadas a conocer ayer martes por la representación social, 476 de las denuncias correspondieron a amenazas contra los usuarios de los teléfonos y 12 de ellos realizaron el depósito.
Además, 72 comerciantes fueron extorsionados y 3 de ellos cedieron a las pretensiones de los extorsionadores; otros 404 ciudadanos recibieron llamadas mediante las cuales se les advertía que un ser querido había sido detenido y les exigían determinada cantidad de dinero para liberarlo, mentira en la que cayeron 29 ciudadanos.
Se dio a conocer que 190 ciudadanos denunciaron haber recibido llamadas a través de las cuales los felicitaban por haber obtenido un premio en efectivo y otros en especie, incluso hasta bienes inmuebles, y que a cambio requerían un depósito en efectivo.
En este caso 14 personas creyeron y entregaron el dinero solicitado por los extorsionadores.
“Aída” narró que después de colgar el teléfono recibió más llamadas de un número que no aparecía en el identificador de su celular.
“Yo entré en shock, siempre pensé que era muy valiente, pero la llamada estuvo horrible. Ojalá que nadie más pase por algo así, porque se siente una impotencia terrible al no tener a tu lado de tu ser querido, y tampoco estar en posibilidad de saber que lo que te dicen es cierto o falso, en este caso que tenían secuestrada a mi hija”, expuso la madre de familia.
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