EL HERALDO
Chihuahua, Chihuahua.- El teléfono y la computadora fueron los cómplices para que Karla y Carlos pudieran conocerse y amarse.
La historia de amor de Karla y Carlos empezó a gestarse cuando Karla Olivas se desempeñaba como maestra de inglés en el CBTA de Gómez Farías. Una alumna (Cristina) le dijo que tenía un tío soltero que le gustaba para ella y quien además era muy buena gente.
Cristina y Karla se pusieron de acuerdo, y estando frente a la computadora su alumna le presentó a Carlos Saláis, quien vivía en el estado de Colorado, en Estados Unidos. El flechazo fue instantáneo, no tardaron mucho en darse sus números telefónicos y platicaban a diario por teléfono y videollamada.
Seis meses tardaron en conocerse personalmente. Él la invito a pasar unas vacaciones en Colorado. "Me recibió en el aeropuerto y cuando lo vi me fundí en su mirada, definitivamente era el amor que tanto había anhelado", comentó ella, mientras Carlos dijo, "es indescriptible lo que sentí al abrazarla, después de haberla visto por la videollamada, era una sensación completamente diferente el tenerla enfrente, poderla tocar, olerla...".
Durante un año hablaron diario y sólo lo visitaba en las vacaciones, hasta que le propuso que se viniera a vivir a México. Carlos no contestó, sólo se dedicó a preparar las cosas para que Karla decidiera unir su vida a la de él.
Llegó el tiempo de las vacaciones, Karla volvió a viajar a Estados Unidos, pero esta vez Carlos logró convencerla. Ella sólo regresó a México para renunciar a la Normal Superior y arreglar lo de su trabajo, "me siento una mujer plena", no se arrepiente de haber dejado su trabajo y a su familia.
"Supe que era el hombre de mi vida, sentí que era el corazón al cual pertenecía y cuando nos abrazamos fue extraordinario".
Su alumna se convirtió en su sobrina. Ahora vive feliz y plena. Karla y Carlos son una de las tantas parejas que se conocieron por internet.
La historia de amor de Karla y Carlos empezó a gestarse cuando Karla Olivas se desempeñaba como maestra de inglés en el CBTA de Gómez Farías. Una alumna (Cristina) le dijo que tenía un tío soltero que le gustaba para ella y quien además era muy buena gente.
Cristina y Karla se pusieron de acuerdo, y estando frente a la computadora su alumna le presentó a Carlos Saláis, quien vivía en el estado de Colorado, en Estados Unidos. El flechazo fue instantáneo, no tardaron mucho en darse sus números telefónicos y platicaban a diario por teléfono y videollamada.
Seis meses tardaron en conocerse personalmente. Él la invito a pasar unas vacaciones en Colorado. "Me recibió en el aeropuerto y cuando lo vi me fundí en su mirada, definitivamente era el amor que tanto había anhelado", comentó ella, mientras Carlos dijo, "es indescriptible lo que sentí al abrazarla, después de haberla visto por la videollamada, era una sensación completamente diferente el tenerla enfrente, poderla tocar, olerla...".
Durante un año hablaron diario y sólo lo visitaba en las vacaciones, hasta que le propuso que se viniera a vivir a México. Carlos no contestó, sólo se dedicó a preparar las cosas para que Karla decidiera unir su vida a la de él.
Llegó el tiempo de las vacaciones, Karla volvió a viajar a Estados Unidos, pero esta vez Carlos logró convencerla. Ella sólo regresó a México para renunciar a la Normal Superior y arreglar lo de su trabajo, "me siento una mujer plena", no se arrepiente de haber dejado su trabajo y a su familia.
"Supe que era el hombre de mi vida, sentí que era el corazón al cual pertenecía y cuando nos abrazamos fue extraordinario".
Su alumna se convirtió en su sobrina. Ahora vive feliz y plena. Karla y Carlos son una de las tantas parejas que se conocieron por internet.
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