martes, 7 de febrero de 2012

Entrena a 55 jóvenes para enfrentar la vida



EL DIARIO
Chihuahua, Chihuahua.- Con el propósito de ayudar a los jóvenes de escasos recursos a que canalicen su energía y se alejen de las adicciones y malas compañías, es como Rodolfo Montes Herrera, exboxeador y entrenador de personalidades como Cristian Bejarano y Daniel Ponce de León, entrena 55 personas desde los 7 a los 50 años en el ámbito del boxeo.

"El boxeo es una formación para la vida y no sólo un deporte; me gusta inculcar a chicos y grandes la disciplina, puntualidad, dedicación y a responsabilizarse por sus acciones ya que esas son cualidades que los llevarán a triunfar en todo lo que hagan y no sólo en un campeonato".

Nacido en la capital del estado, Montes aseguró haber tenido una infancia llena de alegrías y unión familiar que lo ayudó a superar los obstáculos de las carencias económicas; a los 19 años, uno de sus siete hermanos que en ese entonces practicaba el boxeo, lo invitaba constantemente a los entrenamientos, pero recibía una negativa por parte de Rodolfo.

Sin embargo, su parecer dio un giro inesperado al asistir a ver la película "Rocky", la cual según aseguró, fue una gran motivación, "mi padre fue cinematografista y me llevó al cine a ver la película; eso me hizo cambiar de parecer al respecto del boxeo y accedí a ir al gimnasio con mi hermano. Ahí empezó todo".

Fue así como Rodolfo comenzó con sus entrenamientos, los cuales alternó con su trabajo en una tienda de abarrotes del mercado. Aun cuando en su infancia sentía un gusto especial por los deportes y por llevar el liderazgo en un equipo, el joven no había logrado llevar esas aptitudes en el camino indicado, "organizaba torneos de futbol entre los niños de mi barrio y los de colonias con mayor nivel económico; siempre me gustó ser el líder de los equipos y cuando comencé a entrenar, me di cuenta de que podía ayudar y a la vez desarrollar mis habilidades".

Una vez que comenzó a participar en torneos y a entrenar a jóvenes de los 17 a los 20 años, Montes participó en la creación de un gimnasio en 1979, en el cual, recibía a todo aquel que estuviera dispuesto a superarse sin exigirle dinero y con la plena intención de cambiar su vida para bien.

En 1982 y a sus 22 años, Rodolfo contrajo matrimonio y tuvo dos hijos, a los cuales asegura enseñarles la honestidad y la comunicación, así como el saber reconocer sus errores y ser respetuosos y humildes. "No es posible crecer internamente si no se tiene humildad porque los logros propios no son para presumirse ante todos, sino para dignificarse como persona y continuar adelante".

Asimismo, manifestó que tiene un acercamiento constante con sus pequeños y grandes boxeadores, asegurando que la comunicación es el único camino para conocer y solucionar los problemas psicológicos de una persona sin importar su edad, "el maltrato y la sobreprotección en un niño hay que identificarla y canalizarla a actividades que lo ayuden a superar sus problemas y a hablarlos abiertamente con sus padres; eso es lo que aleja a los jóvenes de las adicciones".

Y han sido precisamente estas técnicas las que han llevado a Rodolfo a entrenar a personalidades destacadas del boxeo como Víctor Salte en 1999, Marcos "El Dorado" Reyes, Luis Grajeda y Nelson Estupiñán, así como Cristian Bejarano y Daniel Ponce de León.

Al respecto de estos logros, comentó que su mayor satisfacción ha sido conocer a mucha gente y hacer amigos, además de ayudar a los jóvenes a evitar las adicciones, mismos que mantienen los lazos de amistad con él.

En 1996, Montes pasó por uno de los sucesos más difíciles de su vida: su padre murió de cirrosis hepática, causándole un gran dolor que con el apoyo de su familia pudo disminuir, "el apoyo es lo que me ayudó a salir adelante y por eso es que les inculco a mis hijos y a las personas en el gimnasio, la unión familiar".

Ya en 2003, Rodolfo, apodado el Picos por sus amigos, sufrió otra desgracia al ser informado de que su casa se había quemado y que había perdido todos sus bienes, "además de perder mi casa perdí mi empleo como instructor de capacitación, pero seguí trabajando en el gimnasio y reconstruí mi casa; hace apenas dos años mi situación comenzó a estabilizarse pero eso nunca fue pretexto para dejar de entrenar".

A pesar de los problemas económicos, Rodolfo no exigió cooperaciones a sus clientes y una vez que dejó de boxear, a los 24 años, se dedicó de lleno al entrenamiento, esfuerzo que actualmente tiene a ocho de sus jóvenes en camino a la olimpiada regional y a uno más, en el Comité Olímpico Mexicano.

"Sin importar los programas que las autoridades o las escuelas hacen, el deporte no irá a las casas a buscar a los niños; las malas compañías y las adicciones sí lo hacen, entran en sus cuartos desde una televisión o tocan a sus puertas en cualquier momento, por eso los padres deben acercarlos al deporte y no sólo invertir dinero en su bienestar, sino tiempo".

De la misma manera, hizo un llamado a los niños y jóvenes exhortándolos a comunicarse con sus padres y a no buscar el dinero de la forma más fácil, además de escuchar el buen consejo de sus padres.

Actualmente, este héroe anónimo colabora con el programa de promoción deportiva en los barrios marginados de la ciudad y ofrece cursos y entrenamientos sobre el boxeo y las herramientas y actitudes necesarias para triunfar en dicho deporte.

Dentro de sus planes a futuro se encuentra el llevar a uno de sus muchachos a ganar una medalla olímpica y ser campeón del mundo, además de seguirlos ayudando hasta donde le sea posible. Rodeado de sus hermanos, de su esposa, sus hijos y sus tres nietos, comentó sentirse sumamente motivado y listo para continuar en la batalla.

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