EL PUEBLO
Ciudad Juárez.- Policías municipales que han sobrevivido a un atentado por parte del crimen organizado, viven un viacrucis para que la autoridad municipal les responda por las secuelas que las balas dejaron, tanto en sus vidas como en sus cuerpos. Anabel, una oficial de policía que sufrió un atentado en el año 2010, tiene que soportar las excusas que tanto el titular de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal le expone, como la de otras dependencias que sólo le han hecho perder el tiempo.
La afectada expone que luego de salir del hospital, su mano izquierda que es la que ella utiliza por ser zurda, le quedó imposibilitada para trabajar y esto no ha sido tomado en cuenta por sus jefes de la Secretaría de Seguridad Pública quienes le indican que vuelva a sus labores de patrullaje.
Dijo que a pesar de que en reiteradas ocasiones les ha dicho que no puede volver a trabajar por las limitaciones que 17 balazos le dejaron, las autoridades municipales no la han apoyado y le han hecho casi imposible acceder a una pensión o una indemnización para recuperar un poco de su vida.
“Yo no tengo casa, unos días antes del atentado se me quemó y desde entonces no he tenido como recuperar mi patrimonio” cuenta Anabel, quien acudió a la sesión de cabildo para exponerle su situación al presidente municipal, quien la atendió unos minutos y le dijo que fuera con Julián Leyzaola y le expusiera su caso.
Luego de la corta entrevista con Héctor Murguía Lardizábal, la oficial señala que las administraciones se pasan la responsabilidad y tienen a varios oficiales que han sido víctimas de atentados tratando de recuperar sus vidas sin apoyo del que fuera su corporación.
Finalizó que son muchos los compañeros que han corrido la misma suerte, pero que la mayoría optaron por esconderse y ya no seguir peleando por lo que les corresponde por ley.
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