Chihuahua, Chihuahua.- En la estructura de Gobierno del Estado sólo un 3.4 por ciento de las mujeres de la plantilla laboral tienen un puesto directivo o de poder de decisión, lo cual es una evidente desventaja, afirmó Luisa Camberos, directora del Instituto Chihuahuense de la Mujer, al hacer un balance luego de su participación en el 54º. periodo de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer -CSW por sus siglas en inglés- de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York.
Destacó que la población empleada en Gobierno del Estado es del 51 por ciento de mujeres y 49 de varones, pero la mayoría de ellas se encuentran en puestos operativos y asistenciales, en tanto que los puestos medianos, de coordinación y directivos, están preponderantemente ocupados por hombres.
"No se puede negar que la realidad es que el rezago de participación de las mujeres es aún muy grande, y este rezago por sí mismo es causal directo de violencia, ya que mientras las mujeres no tengan el poder sobre sí mismas y sobre el rumbo que quieren para su vida, la violencia de la que son víctimas no disminuirá", afirmó.Camberos Revilla recordó que la violencia se manifiesta de diversas maneras, no sólo físicamente.
"Percibir un salario inferior al de un hombre en igualdad de condiciones laborales, no tener acceso a ascender dentro de su trabajo, e inclusive recibir comentarios en la casa paterna como 'tú para qué estudias, si te vas a casar', son tipos de violencia sin duda generados porque no existen políticas públicas o empresariales que las defiendan", dijo.
En su participación en el evento internacional, Camberos Revilla precisó que la crisis económica y financiera que se vive a nivel mundial afecta de manera diferenciada a mujeres y hombres, por lo que es de suma importancia que las políticas públicas y los programas de gobierno sean integrales, esto "con la finalidad de abatir la desigualdad".
Promover la participación de las mujeres -sobre todo las jóvenes- en liderazgo político, empresarial y académico, entre otros ámbitos, es la estrategia que se debe seguir desde los gobiernos para lograr un cambio social real en cuestión de equidad, ya que en la medida que las mujeres tengan poder de decisión, en esa escala se podrán hacer efectivas las condiciones de igualdad para hombres y mujeres, finalizó.
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