NAHUÉRACHI, Mpio. de Madera.- La sicosis que generaron dos temblores de tierra la tarde del sábado ocasionaron que algunos vecinos temerosos se refugiaran en las casas de sus familiares y la mayoría casi no durmiera en toda la noche por el temor de que se repitiera el fenómeno. Además, fue tema en las reuniones de los grupos cristianos, que recibieron peticiones de oración por parte de las personas atemorizadas.
En esta comunidad al menos diez casas resultaron dañadas en sus paredes, pero la más afectada al parecer es la de Imelda Altamirano Ruiz, en la que se pueden introducir dos dedos en la grieta que se formó sobre el marco de la puerta de la sala.
Ella comenta que estaba lavando ropa en el patio y entró un momento, fue cuando sintió que su casa se estrujaba. Al momento pensó que se había caído el tinaco del agua, que estaba lleno, pero al entrar de la sala a un cuarto vio escombro en el piso, cuando apenas había barrido y trapeado.
Entonces se percató de la quebradura en la pared al tiempo que llegaron sus familiares corriendo preguntándole qué habría sucedido y se quedaron con ella.Ya recibió la visita de elementos de Protección Civil del municipio, quienes se encuentran revisando los daños en las comunidades donde más se sintió. Diana Márquez de Serrano, quien espera un bebé para los próximos meses, dijo que sintió el movimiento de tierra, pero como toda la lámina del techo sonó, creyó que algún auto había chocado contra la pared.
En el rancho Casa Colorada la señora Socorro Girón Maldonado estaba en plena faena con sus hijos haciendo una trinchera de piedras en el patio, y todos pensaron que se habían mareado porque todavía no comían y habían trabajado mucho.
Su hermana Ángela, en Nahuérachi, arreglaba un cerco de alambre con ayuda de un nieto y comenta que no le dio cuidado, porque al tiempo que se movió, observó que los tendederos de ropa se sacudían y supuso que era un temblor, aunque nunca lo había experimentado. Judá Erives Prieto jugaba con sus amigos en la cancha del pueblo y vio cómo se movieron las farolas del alumbrado público.
En su casa se enteró de lo que había sucedido, cuando su madre Elizabeth Prieto Girón les enseñaba a todos el yeso con cuarteaduras en una de las recámaras y en el baño. Por cierto que ella fue la persona que sintió dos temblores, el segundo de mayor intensidad.En otra vivienda, Raúl Muñoz Prieto estaba al teléfono y sólo esperó a que el sismo terminara. De inmediato revisó las paredes y techos y no encontró daño alguno.
Todos coinciden en señalar que nunca habían sentido un temblor de tierra, pero la mayoría sabe que en el municipio de Gómez Farías ya ha sucedido en otras ocasiones. El del sábado alcanzó también las comunidades de El Coyote, en el camino al Ejido Conoachi, Yepómera, en la carretera a Temósachic y más levemente a Matachí, sobre la misma rúa.
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