EL DIARIO
Chihuahua, Chih.- El día de ayer, un total de 4 familias indígenas que habitaban en un asentamiento tarahumara ubicado en la colonia Dale, fueron reubicadas al asentamiento Carlos Arroyo, movimiento que atiende a la necesidad de brindarles mejores servicios, según comentó el director de Atención Ciudadana del Ayuntamiento, Socorro Márquez Regalado, existiendo una familia que se negó a ser movida, rarámuris que aseguran que en el lugar a donde pretenden ser ubicados, no respetan sus tradiciones culturales.
El funcionario municipal explicó que la negativa de dicha familia atiende a que en el “Carlos Arroyo” no les permiten ingerir bebidas embriagantes, los exhortan a trabajar y les cobran una renta significativa de 30 pesos semanales, explicando que solamente es una familia quien se ha negado a acceder al movimiento.
Por su parte, los afectados dijeron que el Ayuntamiento y el Gobierno del Estado incumplieron con un acuerdo a través del cual se habían comprometido a buscar un lugar especial para ubicar a estas familias y no llevarlos a un asentamiento que calificaron como problemático, donde según ellos, los gobernantes indígenas están peleados con los directivos del lugar.
“Pueden ir a ver las condiciones en las que se vive en el Carlos Arroyo”, dijo el titular de Atención Ciudadana, asegurando que este es un lugar que presta un servicio de calidad a sus habitantes, ofreciéndoles agua, pisos firmes y gas, entre otros servicios.
El funcionario municipal aseguró que este es fue un movimiento consensuado por lo cual no puede considerarse como un desalojo, explicando que las familias que no quisieron abandonar su anterior asentamiento fueron dejadas en el mismo lugar mientras consiguen un espacio al cual mudarse.
El funcionario municipal explicó que la negativa de dicha familia atiende a que en el “Carlos Arroyo” no les permiten ingerir bebidas embriagantes, los exhortan a trabajar y les cobran una renta significativa de 30 pesos semanales, explicando que solamente es una familia quien se ha negado a acceder al movimiento.
Por su parte, los afectados dijeron que el Ayuntamiento y el Gobierno del Estado incumplieron con un acuerdo a través del cual se habían comprometido a buscar un lugar especial para ubicar a estas familias y no llevarlos a un asentamiento que calificaron como problemático, donde según ellos, los gobernantes indígenas están peleados con los directivos del lugar.
“Pueden ir a ver las condiciones en las que se vive en el Carlos Arroyo”, dijo el titular de Atención Ciudadana, asegurando que este es un lugar que presta un servicio de calidad a sus habitantes, ofreciéndoles agua, pisos firmes y gas, entre otros servicios.
El funcionario municipal aseguró que este es fue un movimiento consensuado por lo cual no puede considerarse como un desalojo, explicando que las familias que no quisieron abandonar su anterior asentamiento fueron dejadas en el mismo lugar mientras consiguen un espacio al cual mudarse.
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