Chihuahua, Chihuahua.- Para Sandra Campos su discapacidad no ha sido impedimento para laborar en la cocina de un conocido restaurante ubicado en la avenida Venustiano Carranza, lugar donde hace 12 años el propietario, conocido como "Pirrín" Méndez, abrió las puertas a este tipo de personas para que aprendan un oficio y tengan un ingreso para ellos y sus familias.Un día uno de los empleados del restaurant Pam-Pam llevó a uno de sus vecinos con capacidades diferentes porque, según le decía, quería trabajar, y al llegar al lugar el propietario, el señor "Pirrín" Méndez, le dio la oportunidad de laborar en su negocio, y fue así como empezó la tradición de emplear a este tipo de personas.
Gerardo Méndez, hijo del señor "Pirrín", platicó que desde hace tiempo su padre emplea a este tipo de personas, acción que le ha valido para recibir tres reconocimientos por parte del Centro de Atención Múltiple I, porque cada año aprenden un oficio estas personas.
"Aquí nosotros les enseñamos a hacer algo, un oficio para que cuando salgan a la vida real sepan algo que hacer y puedan mantenerse, porque a pesar de sus facultades ellos aprenden rápido y son muy trabajadores", manifestó el señor "Pirrín", quien por humanidad y deseos de servir inició con la labor.
Los jóvenes que laboran en su negocio reciben un sueldo, pero además la institución a la que pertenecen les otorga seguro médico en caso de enfermedad o accidente, a fin de continuar capacitando a los jóvenes.
Actualmente laboran tres jovencitos especiales en la cocina, que a simple vista parecen trabajadores normales, como los que laboran diariamente en los restaurantes, pero a la hora de expresarse de inmediato se notan sus facultades diferentes, estado que no les ha impedido ganarse el sustento diario con esfuerzo y sudor de su frente.
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