jueves, 11 de febrero de 2010

Cerraron en Juárez cinco mil negocios

El Heraldo
Ciudad Juárez, Chihuahua.- Estimaciones de la Cámara Nacional de Comercio en Juárez establecen que, en sólo un año, las amenazas, secuestros y extorsiones que afectan al sector privado llevaron al cierre de 5 mil negocios pequeños y medianos, lo que puede verse en calles tradicionales, antiguas y modernas de la ciudad con inmuebles abandonados, semidestruidos por delincuentes.

Por su parte el presidente de la Coparmex en Chihuahua, Cesar Chávez Zapata, declaro en entrevista a El Economista, que la violencia ha frenado la atracción de nuevas inversiones, principalmente en Ciudad Juárez, en donde la inseguridad ha provocado el cierre de más de 5,000 negocios y la inmigración a El Paso, Texas de 100 mil juarenses, quienes "tenían en sus manos una muy buena parte de la economía propia de la ciudad".

El de don Alberto es un drama común. Vecino del Centro con su casa y mini negocio, le pedían 5 mil pesos al mes por poder trabajar su panadería, pero el costo de la extorsión terminó por hacer incosteable el trabajo y prefirió irse con sus hijos a El Paso, así que sólo viene a darle vueltas al domicilio, mientras la fachada del local contiguo luce sola, vandalizada y abandonada. "Pero a mí me fue bien, a la vecina que rentaba un terreno para un taller le exigían 10 mil, y como no los tenía, terminaron por quemarle todo y dejarla en la calle.

A otros los han matado, a ella no, supongo que porque es mujer y nomás vivía de esa renta", relata.Don Alberto vive el drama del Centro de la ciudad, una de las zonas más vigiladas por la Policía Municipal, el Ejército, la Policía Federal y el Cuerpo de Inteligencia Policial, que prácticamente mantienen una patrulla o un elemento en cada esquina, que no es obstáculo para que lleguen delincuentes a los negocios para cobrar las cuotas o el "derecho de piso", como se conoce ya que algunos lo consideran un impuesto más.

"Al principio me pedían 10 mil, tuve que explicarles que el negocito no daba para tanto, apenas sacaba para cosas de la casa y pagarle a un ayudante, ellos creían que mi esposa y yo vivíamos muy bien, pero gracias a Dios vivimos bien porque nuestros hijos nos ayudan porque tienen buenos trabajos en El Paso, sólo que eso ni les dije porque me iban a cobrar más", dice la víctima.

Tras negociar, el panadero logró dejar la cuota en 5 mil pesos, no le importaba tanto el dinero por el ingreso que tenía de sus hijos que terminaron llevándose a los padres, sino que tomaran represalias, pues quienes los extorsionaban eran conocidos de vista del sector que, ya sabía, andaban en malos pasos, al grado de atentar contra sus vecinos en otras ocasiones.

Cuando supo que quien llegaba a cobrarle las cuotas, que había ido cuatro meses y hasta apuntaba en una libreta los "clientes" a los que les tocaba pagar, había muerto en una ejecución, decidió seguir trabajando sólo unos días, pero lo convencieron de que mejor abandonara el negocio porque luego llegaría otro a extorsionarlo, además que con lo que había pagado de extorsión no había podido invertir a tiempo en insumos necesarios y reactivar el negocio que le costaría más.

"Antes decíamos en el barrio que muerto el perro se acabó la rabia, pero ahora son muchos los perros", dice el comerciante antes de cerrar su casa y partir, dejando todo abandonado de nuevo, decepcionado porque, afirma, los juarenses como él que están bien arraigados y quieren a su tierra, deben irse porque la violencia y la inseguridad parecen ser eternos.La experiencia destructiva en los negocios se ven reflejadas en bares, pequeñas tiendas y comercios de diferentes productos, refaccionarias, boutiques, talleres mecánicos y negocios de todo tipo, ya en avenidas importantes como la Triunfo de la República, en vialidades secundarias como Insurgentes o Hermanos Escobar o en la zona turística de la frontera, donde pueden apreciarse los daños.

Según datos hechos públicos por la Canaco, la difícil situación de los juarenses se vio agudizada con la violencia, porque no sólo cuentan los pequeños lugares que dejan sin ingresos a la familia propietaria, sino los grandes negocios o atractivos centros de diversión que dejaron sin empleo a miles de ciudadanos.

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