sábado, 11 de febrero de 2012

Murió por golpes en la cabeza el Padre Maldonado

EL HERALDO
Los doctores Benjamín Almeida Fierro y Pedro Hernández Lozano, quienes eran médicos legistas, llevaron a cabo la autopsia en la que describen en el acta de defunción los golpes que le provocaron la muerte al padre Pedro Maldonado.

En el libro "El mártir de Chihuahua", de Javier Contreras Orozco, se describe que en el anfiteatro del hospital, sobre la plancha de autopsia, se encontraba el cadáver del padre Maldonado, que según la descripción de los médicos legistas le calcularon 40 años, una estatura de 1 metro con 65 centímetros, de complexión robusta, cabello castaño claro, entrecano, cejas y pestañas negras, nariz aguileña, ojos café claro, barba y bigote rasurados.

Los médicos legistas, en el acta de defunción, narran las múltiples heridas que el padre Maldonado tenía en la cabeza a causa de los golpes, los cuales provocaron un intenso derrame sanguíneo debajo del cuero cabelludo, así como fracturas en el cráneo que lo llevaron a la muerte.

El certificado de defunción fue elaborado el 11 de febrero de 1937, el cadáver de Pedro Maldonado fue identificado por el sacerdote Francisco Espino, de 30 años.

Después de la golpiza que el padre Maldonado recibió, permaneció durante varias horas tirado en el piso sobre un charco de sangre; al ver que no se movía, el presidente municipal de Santa Isabel, Jesús Salcido, manda llamar al oficial Fabián Navarrete Zendejas, un joven de 35 años, originario de Guanajuato, a quien le piden que traslade "al reo", como las autoridades llamaban al padre Maldonado, a la capital.

Fabián Navarrete declaró ante el Ministerio Público que el presidente municipal le entregó un oficio que le autorizaba a recoger al reo, en el lugar había gente armada, pareciéndole que era gente "que pertenecía al regimiento de reserva de ese lugar, pues sabía que sólo había un policía en el pueblo de General Trías".

Expresó que al preguntarle al alcalde de Santa Isabel dónde estaba el individuo que iba a trasladar a la ciudad de Chihuahua, éste señaló a un individuo tirado en el suelo, boca abajo, en un charco de sangre, viendo que tenía muchos golpes. La persona que iba a trasladar se encontraba en condiciones de gravedad.

Expuso ante la autoridad que "estaba en estado de coma y sólo se conocía que tenía vida por un ronquidito y fuertes convulsiones, que originaba que le saliera mucha sangre de la cabeza".

Viendo las condiciones críticas de salud en las que se encontraba el padre Maldonado, y para evitar responsabilidades, el oficial Navarrete le exigió al presidente municipal un recibo en el cual se hacía constar el estado de gravedad en el que se encontraba la persona, y al preguntarle la razón de los golpes que tenía el herido, el edil contestó que "había querido desarmar un guardia".

Al llegar al Hospital de Beneficencia de la ciudad de Chihuahua, el oficial de barandilla Juan Boone Duarte avisa que hay una persona herida, por lo que acude el comisario de Policía, Gabino Tirado Martínez, quien no pudo dar fe de las heridas, pues ya estaba vendado; el oficial Navarrete le comentó en qué condiciones recogió al detenido en Santa Isabel.

Al fallecer el padre Pedro Maldonado inicia la investigación sobre su muerte, el Ministerio Público levanta un acta con la que se abre la averiguación, solicitando que se realicen las diligencias para esclarecer los hechos.

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