lunes, 28 de junio de 2010

Evidencia narcotúnel red de complicidades y corrupción



La localización del narcotúnel que va desde los patios fiscales de la Aduana Fronteriza de Ciudad Juárez, en el Puente ‘Libre’, hasta El Paso, puso en evidencia una red de complicidades y de probable corrupción, así como la vulnerabilidad del blindaje militar instalado en los recintos fiscales de la localidad.La situación, sobre la cual hubo ayer total hermetismo en la Aduana y en las autoridades investigadoras federales que llevan el caso, se presentó pese a los puestos de control establecidos por la Secretaría de la Defensa Nacional en esa zona, adicionales a las inspecciones de los operadores de Comercio Exterior, que desde agosto del año pasado sustituyeron a los policías fiscales.La intención de esa sobrevigilancia, que inició desde 2008 en los tres cruces internacionales bajo el Operativo Conjunto Chihuahua, y se formalizó después como uno de los compromisos de seguridad de la estrategia “Todos Somos Juárez”, es precisamente incrementar la capacidad de revisión para evitar el tráfico de drogas y armas.Sin embargo, el pasadizo subterráneo pasó desapercibido para las autoridades mexicanas, civiles y militares que custodian el recinto del puente, quienes fueron enteradas de este hallazgo por sus contrapartes estadounidenses.Ayer, fuentes de la Procuraduría General de la República (PGR) dieron a conocer que tras el descubrimiento del narcotúnel, la institución abrió una investigación por el delito que resulte y contra quien sea responsable, pero oficialmente la institución no emitió ningún comentario.“Se presume que pueda resultar una red de complicidades y corrupción”, indicó el entrevistado.No se descarta que el hallazgo del pasadizo subterráneo tenga alguna relación con el asesinato de un empleado de la dependencia federal encontrado muerto la noche del domingo 20 de junio, a unos metros de túnel, señaló la persona consultada.Tras ese homicidio personal de la Aduana denunció presiones del crimen organizado para que se les permita el contrabando de armas y otras mercancías entre Juárez y El Paso.Empleados aduanales que hablaron con la condición de que su identidad no fuera revelada, indicaron que las actividades ilícitas están presentes en los recintos, los cuales son disputados por los grupos delictivos que intentan controlar el tráfico de drogas y armas por ese cruce.Precisamente hace más de dos años, cuando iniciaron los operativos para el combate al narcotráfico en la ciudad, diversos sectores, incluso los gobiernos estatal y municipal, se pronunciaron por sanear la Aduana, a la que señalaban principalmente de ser paso de armas desde Estados Unidos, así como de automóviles “chuecos”.Y aunque se dieron algunas medidas, como la instalación de controles militares, el reordenamiento de los patios fiscales, aún es uno de los pendientes de la estrategia para restablecer la seguridad en esta frontera. Así lo señaló Facundo Rosas, comisionado de la Policía Federal, al rendir avances de los compromisos establecidos a 100 días de Todos Somos Juárez.El plan de seguridad aduanera, que contempla también instalar equipo de rayos X móviles en los recintos aduaneros para incrementar la capacidad de revisión y aumentar el número de manejadores caninos, se logrará a diciembre, dijo el pasado 28 de mayo al rendir cuentas ante representantes de la sociedad No obstante el avance de esas acciones y sobrevigilancia implementada, el uso del pasadizo era constante, según muestran los rastros localizados en su trayecto, de donde todavía ayer se sacaron bolsas con desechos de fritangas, refrescos y hasta de linternas.El lugar lució ayer con vigilancia permanente del lado americano, pero del mexicano sólo se observaron patrullas municipales circulando por el bordo del río.Se detectó que la estructura del paso construido para cruzar a ambos lados de la frontera inicia en una alcantarilla en los patios fiscales de la Aduana, hasta desembocar por el Bravo y seguir su ruta por debajo del lecho de concreto del río, para terminar en la tubería de drenaje pluvial paseño.De acuerdo con los primeros reportes, el pasadizo fue descubierto por autoridades norteamericanas que detectaron movimientos en la parte inferior del puente, y al llegar presuntamente detuvieron a un menor de edad con droga.Un asunto de seguridad nacionalEn lo que va del año se han localizado varios narcotúneles en Aduanas de varias fronteras del país. Antes del ubicado en esta frontera, hace unos meses trascendió uno en la garita de Tijuana y otro en Mexicali. La situación que no es nueva en esas localidades y otros puntos del norte del país, puso en alerta a la Cámara de Diputados, que recientemente integró una comisión especial, encabezada por el perredista Héctor Hugo Hernández, quien dijo que por las circunstancias que se atraviesa en las 49 aduanas fronterizas del país es más que evidente la existencia de una “red de complicidades y corrupción” a todos los niveles. De acuerdo con versiones periodísticas, Hernández declaró que siete de cada 10 armas que ingresan al país, es decir, el 70 por ciento, pasan por Ciudad Juárez.“Esta permisibilidad de las autoridades aduanales del país, pero en concreto de ese punto de la frontera norte, ha provocado el incremento de la ola de violencia que azota a México”, dijo el legislador perredista en declaraciones difundidas por medios de comunicación. El asunto pasó a un estatus de urgencia, “de seguridad nacional”, señaló en declaraciones a la prensa, donde se reseña que incluso se contempla un reforma a la ley aduanera para que los recintos dejen de estar bajo la jurisdicción de la Secretaría de Hacienda y pasen a Gobernación.De acuerdo con reportes periodísticos, los agentes y personal de aduanas del país han denunciado que son extorsionados o amenazados por el crimen organizado para que dejen pasar la mercancía ilegal, cualquiera que ésta sea.Pero la situación de tráfico de drogas y armas en túneles transfronterizos data desde hace 20 años. El primer narcotúnel se detectó el 18 de mayo de 1990 en la frontera Sonora-Arizona. Su creación fue atribuida al mexicano Rafael Camarena, miembro de la banda de Joaquín “El Chapo” Guzmán

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