miércoles, 4 de agosto de 2010

Venía de cobrar su pension y lo mataron


Las balas que dieron muerte el pasado lunes al señor Adalberto Espinoza cortaron de tajo un feliz matrimonio de sesenta años con su esposa, la señora María González Meraz, quienes desde hace doce años vivían solos, bajo el cariño de su amplia familia.La mañana del lunes, la pareja recién había salido del banco de cobrar su pensión, con la que subsistían tranquilamente, cuando el ataque al conductor de un vehículo por un grupo de personas armadas les impactó directamente.Durante muchos años, don Adalberto y doña María vivieron en San Juanito, municipio de Bocoyna, ahí laboró por muchos años en uno de los aserraderos, hasta que se pensionó, después de sostener a sus cinco hijos, quienes además les regalaron doce nietos.Hacía pocos meses, a don Adalberto le habían colocado un marcapasos, operación de la que resultó bien librado. "Estamos indignados por cómo pasaron los hechos, porque él era la persona más maravillosa que podía existir, por su comprensión y adoración que tenía para con toda su familia", señalaron sus familiares.Señalaron que las balas destrozaron por completo no a una, sino a muchas familias, "estamos indignados, enojados y destrozados", dijeron entre sollozos."Ya basta, debemos ponerle un alto a esta situación, porque nos hemos convertido en rehenes de la delincuencia, ya no puede seguir tanta impunidad", expresaron.Mientras tanto, doña María, su esposa, quien durante el ataque resultó herida en la pierna izquierda, permanecía internada en un hospital en constante revisión, pues el diabetes que padece podría complicarle la lesión, "apenas le acaban de informar de la muerte de su esposo, no sabemos qué va a pasar", exclamaron.


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