DIARIO.COM
Un grupo de indígenas pertenecientes a 4 comunidades diferentes que se ubican en las Barrancas del Cobre denunciaron las afectaciones que les han sido provocadas por el Proyecto Turístico Barrancas del Cobre, la cuales aumentarían de manera grave la problemática en caso de llegar a desarrollarse proyectos como el aeropuerto, el parque de diversiones y el fraccionamiento habitacional que se pretenden construir en esa zona.
Los tarahumaras acusaron haber sido víctimas de presiones para dejar sus tierras por parte de las empresas que pretenden realizar obras turísticas como hoteles, cabañas y fraccionamientos en un territorio total de 16,924 hectáreas, en el cual viven 203 familias indígenas con un total de 7 miembros en promedio haciendo un total de 1,421 habitantes.
Las cuatro comunidades afectadas son las de Bacajípare, Mogotavo, Repechike y la de Huetosachi, cuyos habitantes han recibido amenazas de muerte y presión por parte de los propietarios de los terrenos que habitan, destacando entre los propietarios algunas de las familias más prominentes del estado.
El grupo de indígenas apoyado por la Consultoría Técnica Comunitaria y la Comisión de Solidaridad y Defensa de los Derechos Humanos (Cosyddhac), han decidido hacer pública su problemática a fin de llevar la misma a la opinión pública internacional, estando dispuestos a asistir ante cualquier instancia en la que tengan que manifestarse.
Actualmente las comunidades han presentado una queja ante el relator de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), decisión que fue tomada tras años de haber enviado oficios al Gobierno federal, estatal y municipal además de haber iniciado una serie de querellas en diferentes instancias judiciales, las cuales ha resultado infructuosas en su mayoría.
Los quejosos enlistaron una serie de derechos que han sido violados en la sierra entre los que destacan: el derecho a la tierra, a los recursos naturales, reconocimiento jurídico de las autoridades tradicionales de la zona, derecho a la información y el derecho de participación en los proyectos que se tienen contemplados para su zona.
Los tarahumaras acusaron haber sido víctimas de presiones para dejar sus tierras por parte de las empresas que pretenden realizar obras turísticas como hoteles, cabañas y fraccionamientos en un territorio total de 16,924 hectáreas, en el cual viven 203 familias indígenas con un total de 7 miembros en promedio haciendo un total de 1,421 habitantes.
Las cuatro comunidades afectadas son las de Bacajípare, Mogotavo, Repechike y la de Huetosachi, cuyos habitantes han recibido amenazas de muerte y presión por parte de los propietarios de los terrenos que habitan, destacando entre los propietarios algunas de las familias más prominentes del estado.
El grupo de indígenas apoyado por la Consultoría Técnica Comunitaria y la Comisión de Solidaridad y Defensa de los Derechos Humanos (Cosyddhac), han decidido hacer pública su problemática a fin de llevar la misma a la opinión pública internacional, estando dispuestos a asistir ante cualquier instancia en la que tengan que manifestarse.
Actualmente las comunidades han presentado una queja ante el relator de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), decisión que fue tomada tras años de haber enviado oficios al Gobierno federal, estatal y municipal además de haber iniciado una serie de querellas en diferentes instancias judiciales, las cuales ha resultado infructuosas en su mayoría.
Los quejosos enlistaron una serie de derechos que han sido violados en la sierra entre los que destacan: el derecho a la tierra, a los recursos naturales, reconocimiento jurídico de las autoridades tradicionales de la zona, derecho a la información y el derecho de participación en los proyectos que se tienen contemplados para su zona.
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